Los
primeros filósofos griegos aprehendían el mundo tal y como lo
veían, lo sentían, tal y como se presentaba ante ellos. Los
Presocráticos sintetizan las primeras posturas del espíritu de cara
a lo real y encarnan las tendencias arquetípicas de la conciencia,
ellos inventaron los principales tipos del espíritu filosófico, a
los que la posteridad entera no ha agregado nada esencial.
Se
conoce un centenar de estos primeros pensadores griegos. Los más
dotados "tipos puros" de los que hablaba Nietzsche,
encarnan por turnos, las diferentes funciones planetarias: Tales
(Urano), Anaximandro (Plutón), Pitágoras (Sol), Xenófanes (Luna),
Heráclito (Marte), Parménides (Júpiter), Anaxágoras (Venus),
Empédocles (Neptuno), Demócrito (Saturno) y Portágoras (Mercurio),
antes de que se inmiscuya la exterioridad, y de
que se refuercen los intereses de la Ciudad, y con ellos la moral y
las ideologías. Los discursos tardíos oscurecen la visión;
una dialéctica laboriosa se enraiza en los espíritus; la retórica
prepara el mestizaje socrático y post-socrático.
Los
"anti-filósofos" mercuriales (Protágoras, Gorgias y
Sócrates) cierran el ciclo iniciado por Tales, el filósofo
entre los siete sabios de Grecia, el uraniano que establece las
constantes del acto filosófico, presente en todos sus sucesores:
fundar, unificar, inaugurar, dar perspectiva.
Cada
uno de estos filósofos encarna un tipo humano, una perspectiva de la
conciencia, un modo de percepción de lo real, que se traduce por un
arquetipo planetario específico.
Cada
una de las filosofías presocráticas es la traducción inmediata de
una función planetaria simple. Las concepciones presocráticas del
mundo están marcadas por temperamentos, por disposiciones del
espíritu, que forman los operadores planetarios. De Urano a
Mercurio, en una serie temporal determinada, se suceden los primeros
pintores de Grecia. Sus cuadros, finalmente, son autorretratos
depurados. Y la serie se clausura con Mercurio, el anti-uraniano
sofista, que precipita la extinción de dos siglos de candor y de
nitidez filosófica. La representación se nubla, y con ella el
espíritu. Hibridación que prepara el declive de la filosofía
griega.
TALES
de Mileto - Unificación (URANO)
El
mundo es Uno: conjunto orgánico, unificado, vivo y
animado de parte a parte. El mundo es la Naturaleza (physis),
totalidad regenerada por el Agua, principio primordial (arche)
cuyas prioridades (fluidez, plasticidad, fertilidad) justifican la
generación y la diversidad de las manifestaciones vivientes, y
fuente única de la que nace, se abreva y se nutre la
multiplicidad de los seres. La liberación de los mitos y de las
opiniones pasa por la conceptualización, por la determinación (con
la ayuda de la copula "es") y por la argumentación. La
unificación funda la empresa filosófica, y reabsorbe las
dificultades dadas por la diversidad de las cosas.
ANAXIMANDRO
de Mileto - Sobrediferenciación (PLUTÓN)
El
principio (arche) de todas las cosas podría ser concreto: el
apeiron (infinito e indefinido) es imperceptible, más allá
de toda calificación y de toda representación sensibles. El ser
eterno y original, imperecedero, engendra la multiplicidad de las
formas naturales efímeras, de las que ninguna tiene identidad
estable. Es también el ser final al que vuelve toda formación
individualizada. Por la muerte se pagan los excesos de la
diferenciación: "Es de la que la generación procede para las
cosas que son, y también es hacia la que vuelven bajo el efecto de
la corrupción, según la necesidad; ya que las cosas se rinden
mutuamente justicia y reparan sus injusticias según el orden del
tiempo".
PITÁGORAS
de Samos - Identificación (SOL)
La
explicación física de los milesios es sustituida por la analogía,
de naturaleza mimética:
el Número es el modelo
al que toda cosa se ajusta
y supone la existencia de una suite indefinida de arquetipos imitados
por los eres sensibles y reproducidos a través de los diversos
órdenes de lo real. El mundo está armoniosamente ordenado como
cosmos, enteramente esférico;
admite un Fuego central invisible alrededor del cual gravita el
conjunto de los cuerpos celestes. Lo
más visible recela lo inefable. Una
justicia cósmica dirige el ciclo de los nacimientos y las muertes en
curso del cual cada uno conserva
su ser propio, según la ley de la transmigración de las almas.
XENÓFANES
de Colofón - Indiferenciación y Potencialización (LUNA)
Contra
el politeísmo y el antropomorfismo homéricos, se afirma la
existencia de un solo Dios, vasto cuerpo orgánico, entero,
global, inmóvil e inmutable, inactivo-activo, que sin esfuerzo mueve
todas las cosas por la fuerza de su ser. Así, el mundo es un
todo, y sus múltiples manifestaciones están virtualmente
contenidas en este inmenso cuerpo indiferenciado e
incognoscible que cada ser percibe, subjetivamente, según su
perspectiva propia, y muy a menudo según su imagen, como él percibe
cada cosa sensible, relativamente a las demás cosas y en función de
esta misma perspectiva.
HERÁCLITO
de Efesio - Confrontación e Integración (MARTE)
Todo
está sometido a la ley divina universal, el Logos inmanente y
trascendente, a la vez justicia positiva y armonía, invisible, que
rige cada destino individual según la necesidad. La ley natural se
cumple por la transformación de todos los seres, cada uno en
lucha con su contrario. "El opuesto es útil, y de las cosas
diferentes nace la más bella armonía. Y todas las cosas están
engendradas por la discordia." Así, cada fuerza se mantiene,
por la acción de fuerzas antagonistas, en el conflicto que
las une; cada ser está polarizado por las fuerzas que lo
determinan a llegar a ser, perpetuamente, él mismo.
PARMÉNIDES
de Elea - Simplificación (JÚPITER)
El
Ser, única realidad, al cual ningún estado podría ser
identificado, se distingue radicalmente del mundo de la apariencia,
del devenir y de la multiplicidad. El Ser es, pero el No-ser no es.
La diversidad de las manifestaciones visibles no es más que ilusión.
El Ser debe ser pensado en sí mismo, en el encuentro de toda forma
de opinión (doxa). "Lo que puede ser dicho y pensado
debe ser". En esta resolución de la alteridad entre el Ser y el
Pensamiento, y al otro lado de la apariencia engañosa del eterno
movimiento del mundo, se perfila la certitud absoluta de que lo que
subsiste se expresa, y que la esencia del mundo se reabsorbe en su
intelección.
ANAXÁGORAS
de Clazomenes - Disociación (VENUS)
Un
único principio es inconceblible: un doble infinito, la
Materia y el Espíritu, regula la existencia y las transformaciones
de lo que se manifiesta. Cada cosa material es una mezcla en la que
existen semillas o gérmenes de cada otra cosa. Nada nace ni muere
verdaderamente, ya que existe una operación perpetua de disociación
de los compuestos y de recomposición de los disociados. Es el Noûs
(Intelecto, Espítitu), presente en todo ser compuesto, que es el
principio del movimiento, la causa motriz y organizadora, a la vez
potencia discriminante inicial y principio cognitivo "final",
agente instigador y testimonio de la discriminación.
EMPÉDOCLES
de Agrigentes - Asociación (NEPTUNO)
Las
dos fuerzas eternas y complementarias, philia (el amor) y neïkos
(el odio), inherentes en las cosas, principios respectivos de
inclinación y de aversión, se armonizan para regir el eterno
devenir de todo ser a través de la presencia de los cuatro elementos
(Tierra, Fuego, Aire, Agua) y según un ciclo inmutable de cuatro
fases, durante el cual dos a dos unen y dividen vuelta a vuelta,
asocian y disocian indefinidamente. El tiempo rige los seres en un
perpetuo comienzo cíclico. Cuando el Amor rige él solo el estado
del mundo, entonces aparece el Sphaïros, ser viviente
inmenso, orgánico y armonioso de parte a parte, mezcla perfecta
de los elementos.
DEMÓCRITO
de Abdere - Complejificación (SATURNO)
Todos
los cuerpos se componen de átomos (a-tomos),
partículas indivisibles, dotadas de un movimiento natural originario
que se cumple en el vacío. Éstos difieren por sus propiedades
constitutivas (forma, colocación, posición, talla). La explicación
por los átomos de la generación, del movimiento y de la pluralidad,
elimina también las cualidades sensibles de los cuerpos que se
convierten en las apariencias, los efectos de la superficie, de un
real más complejo.
El universo es eterno, constituido por mundos
innumerables y perecederos,
enteramente material, privado de instinto y de armonía, y regido por
causas
exclusivamente mecánicas.
PROTÁGORAS
de Abdere - Dispersión (MERCURIO)
El
sofista no es ya metafísico, sino profesor, educador, intelectual de
la Ciudad, divulgador
de un saber. No reflexiona sobre ya sobre el mundo, sino sobre el
ejercicio de la filosofía. Sustituye la aprehensión inmediata y
segura de lo real, su interrogación
sobre la verdad y sobre la ilusión del discurso. Todo es
parcialmente verdadero.
El hombre es la medida de todas las cosas". El conocimiento
depende del sujeto conocedor. Toda verdad es relativa,
sometida a la verosimilitud de su enunciado, dependiente del tejido
cultural en el cual se enraiza. La verdad no atañe ya a la visión,
sino a un trabajo sobre el lenguaje por la argumentación y por la
dialéctica.
Los
Presocráticos, que eran también en su mayoría físicos y
astrónomos, fueron los primeros intérpretes de los astros. Ellos
fueron estos astros encarnados.
En
menos de dos siglos de historia filosófica, las diversas funciones
del Planetario se convirtieron sucesivamente en perspectivas de la
conciencia, en puntos de vista sobre la naturaleza de lo real. No hay
progreso de Tales a Protágoras, sino la sucesión de las fases de un
ciclo matricial que se
reproducirá en los primeros siglos de la era cristiana (con los
primeros teólogos del cristianismo), después en los siglos VIII-XII
en la filosofía árabe, y también en los siglos XI-XIV con la
escolástica medieval. La historia de la filosofía, como la de la
pintura o la de la literatura, esta pilotada por la década
planetaria.
¡¡¡MUY INTERESANTE!!! ¡Muchas gracias, guapísima!
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