El
cristianismo, se debió propagar en gran parte como la religión de
Mitra, cuyos principales propagadores fueron los soldados, lo que
explica que los documentos de su culto, generalmente se hallen en el limes o frontera romana.
El
eje de cristianismo León-Astorga-Mérida es precisamente el mismo
sobre el que se documentan los testimonios del culto a Ma-Belona,
traído por los soldados durante la conquista. Añadir que soldados
de la Legio III Augusta, cuyo campamento de Lambaesis fue establecido
bajo Adriano y que fue el que debió utilizar allí el destacamento
de la Legio VII Gemina, murieron en Hispania en Mérida (CIL II,
484), Tarragona (CIL II, 4219), Setúbal (CIL II, 5184), El Coronil
(CIL II, 1371), etc.
Si
se observa la distribución de las primitivas comunidades cristianas
en la Península se observa que ellas se encuentran en ciudades donde
está bien atestiguada la presencia africana, aunque no en todas las
ciudades donde se documenta esta presencia hay comunidades
cristianas. Recientemente D. Julia ha estudiado la distribución de
los monumentos funerarios en forma de cupae, tipo de enterramiento
frecuente en Lusitania, Alentejo, Algarve y Extremadura; más
concretamente en los alrededores de Lisboa (56 ejemplares), Alcácer
do Sal, Alcaçovas, Mexilhoeira Grande, Olhâo, Mértola, Beja (30),
Évora, Viana do Alemtejo, Mérida (2); en el Sur de la Bética:
Belo, Cádiz; en la Tarraconensis: 27 en Barcelona y 4 en Tarragona.
La fecha de estos monumentos es el siglo II y III. También se han
hallado 2 ejemplares en León, 2 en Palencia y uno en Alcalá de
Henares. El origen de estos monumentos se sitúa hoy en Mauritania,
Numidia y África Proconsular. El ejemplar de Belo, por ejemplo, es
gemelo a los de Henchir-Zoura y Tipasa; a prototipos africanos
obedecen también varios ejemplares de Tarragona, Barcelona y Mérida.
Junto
a este elemento militar que desempeña un papel importante en la
propagación del cristianismo en Hispania, al igual que lo había
desempeñado en la romanización, desde África, se documentan los
mercaderes cristianos. África mantenía relaciones comerciales
intensas con Hispania, según el Edictum de pretiis de Afrodisias (1,
58).
El
Breviario de la Diócesis de Barcelona, recogiendo tradiciones
antiguas, describe a San Cucufate (San Cugat) “natione afer,
nobilibus et christianis parentibus in scilitana natus” navegando
desde África a Barcelona; la ciudad donde nació es precisamente la
localidad de la que se conocen las Actas más antiguas de mártires
en África, muertos en el 180. De África viene San Félix, que
predicó en Barcelona, Ampurias y Gerona; el códice de Moissac le
describe camuflado de mercader “cum se negotiatorem rerum uenalium,
simularet”. Según las Actas del martirio de San Adón, San Félix
era también oriundo de la ciudad de Scillis. Estos santos son
también de la época de Diocleciano.
Por
las ciudades: Barcelona, Gerona, Zaragoza, Valencia, Calahorra, León,
Mérida, Sevilla, Alcalá de Henares, Córdoba y Toledo, de donde
proceden los mártires de la persecución, se deduce que el
cristianismo había hecho pocos progresos y proceden en su casi
totalidad de ciudades de la costa o situadas en las proximidades de
los grandes ríos.
La
propagación del cristianismo en Hispania con respecto a África se
encontraba muy retrasada a finales del siglo III.
Continuará...
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