Nahui-Ocelotl
Los
distintos mitos aztecas difieren respecto a quien fue el creador
supremo. Según alguna versión, sólo existía una divinidad
principal, el dios del fuego, llamado Ometeotl. Era una figura
andrógina que se mostraba como una dualidad masculina y femenina
llamadas respectivamente Ometecuhtli y Omecihuatl.
De
este dios hermafrodita o pareja cósmica, descendían los dioses
creadores de los cuatro primeros soles y el resto de las divinidades.
Otra
versión prescindía de Ometeotl y otorgaba la categoría de supremo
creador a Ometecuhtli quien junto a su esposa Omecihuatl, infundió
la vida sobre la tierra.
La leyenda mexica señalaba que vivían en el quinto Sol, o quinta Era, tras la destrucción de los cuatro soles anteriores. Según este mito, los dioses creadores pretendían alcanzar la supremacía en el mundo utilizando cada uno su fuerza cósmica: tierra, fuego, viento y agua.
La leyenda mexica señalaba que vivían en el quinto Sol, o quinta Era, tras la destrucción de los cuatro soles anteriores. Según este mito, los dioses creadores pretendían alcanzar la supremacía en el mundo utilizando cada uno su fuerza cósmica: tierra, fuego, viento y agua.
Mientras
esas fuerzas se mantuvieran en equilibrio, el mundo estaría en orden
y podía existir la Era de un Sol. Si se producía un desequilibrio,
ese Sol, junto con la Tierra y los seres humanos, perecerían.
El
Primer Sol fue creado por Tezcatlipoca, dios de la tierra. No
obstante, su creación no fue perfecta ya que los seres humanos eran
gigantes y además sólo creó medio Sol. Los humanos únicamente
podían alimentarse de bellotas y piñones por lo que se encontraban
débiles y fueron presa fácil de los jaguares que, en un momento
determinado, tras devorar el medio sol existente, los exterminaron
aprovechando la oscuridad.
El
primer Sol se llamaba Nahui-Ocelotl (Cuatro-Ocelote o Jaguar), porque
había sido destruido, después de tres veces cincuenta y dos años,
por los jaguares a quienes los aztecas consideraban como una
representación zoomorfa del dios Tezcatlipoca.
El
Segundo Sol fue creado por Quetzalcoatl, dios del viento. En
este período soplaban fuertes vientos y los humanos, deficientemente
alimentados con semillas de árboles, no pudieron sobrevivir a los
huracanes, excepto aquellos que consiguieron transformarse en monos.
El
segundo Sol se llamaba Nahui-Ehécatl (Cuatro-Viento) y desapareció
después de siete veces cincuenta y dos años al desatarse un gran
huracán, manifestación de Quetzalcoatl, que transformó a los
supervivientes en monos.
El
Tercer Sol fue creado por Tlaloc, dios de la lluvia y señor
del rayo, el tercer sol llamado Nahui-Quiahuitl (Cuatro-Lluvia de
fuego) desapareció al cabo de seis períodos de cincuenta y dos
años, bajo una lluvia de fuego enviada por Tlaloc. Los habitantes de
la tierra, que sobrevivían exclusivamente de cereales, fueron
pereciendo a causa del fuego y de las cenizas procedentes de las
erupciones volcánicas. Únicamente escaparon de la destrucción
aquellos que lograron convertirse en pájaros.
El
Cuarto Sol fue creado por la diosa del agua, Chalchiuhtlique.
Este sol, conocido como Nahui-Atl (Cuatro-Agua), acabó con un
terrible diluvio una vez transcurridos tres ciclos de cincuenta y dos
años, el agua emergió del centro de la Tierra causando una
catástrofe de la que sólo algunos humanos sobrevivieron tras
adquirir la forma de peces.
Cada
uno de estos soles corresponde a un punto cardinal: Norte, Oeste, Sur
y Este, respectivamente.
Las
cuatro creaciones anteriores habían sido destruidas por catástrofes
habiendo desaparecido todo lo existente en cada una de las eras.
Continuará...
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