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15/6/21

SIMBOLISMO DE LA CRUZ


La cruz filosófica extiende opuestamente sus brazos en las respectivas direcciones horizontal y perpendicular; esto es, la anchura y altura divididas por el divino geómetra en el punto de intersección.
Esta cruz es a un tiempo mágico y científico cuaternario que el ocultista toma por base cuando está inscrita en el cuadrado perfecto. En su mística área se halla la clave de todas las ciencias naturales como las metafísicas. Es símbolo de la existencia humana porque los puntos de la cruz inscrita en el círculo señalan el nacimiento, la vida, la muerte y la inmortalidad.

Todas las cosas de este mundo son una trinidad complementada por el cuaternario y todo elemento es divisible con arreglo a este principio.
La fisiología podría dividir al hombre ad infinitum, como las ciencias físicas han subdividido los cuatro elementos primordiales en varios otros, pero jamás podrá alterar ninguno de ellos.

El nacimiento, la vida y la muerte serán siempre una trinidad no completada hasta el término del ciclo. Aún cuando la ciencia llegase a mudar en aniquilación la ansiada inmortalidad, subsistiría el cuaternario, porque Dios geometriza. Y algún día podrá la alquimia hablar de su sal, mercurio, azufre y azoth, así como de sus símbolos y caracteres, y decir con un químico moderno que “las fórmulas no son juego de la fantasía, pues en ellas está poderosamente justificada la posición de cada letra” (Isis sin velo II, 279-280).

Mucho tiempo antes de que los cristianos adoptaran la cruz por símbolo, la empleaban neófitos y adeptos como secreto signo de reconocimiento.
A este propósito dice Eliphas Levi: El signo de la cruz adoptada por los cristianos no es privativo de esta religión, pues ya con anterioridad era cabalístico y simbolizaba el cuaternario equilibrio de opuestos elementos.

Por el versículo esotérico del Pater, vemos que primitivamente hubo dos maneras de hacer el signo de la cruz, o por lo menos dos fórmulas muy distintas de significación: una exclusiva de sacerdotes e iniciados; otra común a neófitos y profanos.
El iniciado hacía la señal de la cruz con la mano derecha extendida desde la frente al pecho y desde el hombro izquierdo al derecho, diciendo: A ti pertenece el reino de justicia y misericordia. Después, con las manos juntas, añadía: En los ciclos generadores: “Tbi Sunt Malchut et Geburah et Chassed per aeonas.”
Tal era el signo de la cruz, absoluta y hermosamente cabalístico, que la Iglesia oficial la perdió por completo al profanar el gnosticismo. (Isis III, 110).

La forma Z de Kundalini indica un sendero curvo dividido en tres partes. Una parte va desde Escorpio a Leo. Otra de Tauro a Acuario. La tercera, une a Leo y Acuario. Estos cuatro signos forman la cruz fija, que representa media swástica.
La swástica representa aquel que auto-restituye el ser. Solo se puede restituir el ser cuando se ha auto-realizado. La swástika también representa a aquel que otorga la bienaventuranza de la auto-restitución. La media swástika o cruz fija, nos informa que solo se ha conseguido un 50% de la auto-restitución. El otro 50% debe ser logrado a través del sendero del yoga (la unión).

La astrología nos habla de tres cruces, que se forman a partir de los 12 signos solares. Una es la cruz mutable, en la cual el hombre no llega ni a media swástika. La segunda es la cruz fija, en la cual el hombre es media swástika. La tercera, la cruz cardinal, en la que el hombre es una swástika completa o un hombre perfecto.
Las tres cruces nos hablan respectivamente del hombre mundano, el discípulo y el Maestro.
(K. Parvathi Kumar, Meditaciones Ocultistas, 176).

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