El
Calendario de Adán fue descubierto en una zona del sur de África, a
unos 150 kms. tierra adentro, al oeste del puerto de Maputo. Se trata
de los restos de una gran metrópolis que mide en cálculos,
alrededor de 1.500 kilómetros cuadrados.
Una
vez que las ruinas fueron examinadas, los investigadores estaban
ansiosos por colocar la civilización perdida en una perspectiva
histórica. Las rocas estaban cubiertas con una pátina que parecía
muy vieja, pero no había elementos suficientes para la datación por
carbono 14, entonces un descubrimiento casual reveló la edad del
sitio.
Encontrar
los restos de una gran comunidad, con nada menos que 200.000 personas
viviendo y trabajando juntos, fue un gran descubrimiento en sí
mismo.
La
pátina pesada en las paredes de roca sugirió que las estructuras
eran muy antiguas. El carbono 14 que data la madera quemada
introduce la posibilidad de que las muestras podrían ser de los
últimos incendios de pastizales que son comunes en la zona.
Pero
el avance se produjo inesperadamente, Johan Heine descubrió el
Calendario de Adán en el año 2.003, casi por accidente. Fue a la
ruta para encontrar a uno de sus pilotos que estrelló su avión en
el borde del acantilado. Junto al lugar del accidente Johan notó un
extraño grupo de grandes piedras que sobresalían del suelo, se
acercó a los monolitos y de inmediato se dio cuenta de que estaban
alineados con los puntos cardinales de la Tierra, norte, sur, este y
oeste. Hay por lo menos tres monolitos alineados hacia la salida del
sol, pero en el lado oeste de los monolitos alineados había un
agujero misterioso en el suelo, algo faltaba.
Después
de semanas y meses de mediciones y observaciones, Johan llegó a la
conclusión de que estaba perfectamente alineado con el ascenso y la
caída del sol. Él determinó los solsticios y los equinoccios, pero
el misterioso agujero en el suelo seguía siendo un gran
rompecabezas.
Al
examinar el agujero, el experto local en senderos, Christo, explicó
a Johan que había una extraña forma en el suelo como de una piedra
retirada del lugar hace algún tiempo. Al parecer, estaba en algún
lugar cerca de la entrada a la reserva natural.
Muchas
de las estructuras circulares están alineadas a determinados puntos
geográficos como los solsticios y equinoccios. Pero sólo cuando
Johan Heine comenzó a experimentar con otras geometrías codificadas
posibles, los verdaderos secretos ocultos de las ruinas comenzaron a
surgir.
Se aprecia la geometría sagrada, el simbolismo de Reiki y el factor de
Phi o proporción áurea de 1618.
Los
primeros cálculos de la edad del calendario se toman en base a la
observación de Orión, una constelación conocida por sus tres
brillantes estrellas que forman el “cinturón”.
La
Tierra se bambolea sobre su eje y así las estrellas y las
constelaciones cambian su ángulo en el cielo de la noche de manera
cíclica. Esta rotación, se denomina precesión y completa un ciclo
aproximadamente cada 26.000 años.
Al
determinar cuando las tres estrellas del cinturón de Orión se
colocan planas (horizontal) en el horizonte, podemos estimar el
momento en que las tres piedras en el calendario son visibles en la
alineación de estas estrellas.
El
primer cálculo aproximado fue de al menos 25.000 años atrás. Pero
las nuevas y más precisas mediciones siguieron aumentando la edad.
El siguiente cálculo fue presentado por un maestro arqueoastrónomo
que desea permanecer en el anonimato por temor a hacer el ridículo
en la fraternidad académica. Su cálculo se basa también en el
ascenso de Orión y sugiere una edad de al menos 75.000 años.
La
más reciente y exacta medición fue realizada en Junio de 2009,
sugiere una edad de al menos 160.000 años, basado en el aumento de
Orión sobre el horizonte, como también en la erosión de las
piedras que se encuentran en el sitio.
Algunas
piezas del marcador de piedras quedaron interrumpidas y sentadas en
el suelo expuestas a la degradación natural. Estos cálculos
ayudaron a evaluar la edad del sitio para calcular la tasa de
erosión.
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