15/7/15

ORÍGENES DEL ZODIACO

Los habitantes de Mesopotamia no fueron los primeros en observar los astros y en delimitar en la extensión celeste algunas porciones de cielo, las constelaciones, que respondían a ciertas regularidades y a ciertos ritmos, y que estaban ocupadas por objetos llamados estrellas.

Los pueblos del neolítico tenían su astronomía, y probablemente también los que les precedieron. Lo que caracteriza a los mesopotamios, es que a partir de estas observaciones ellos crearon una astrología bastante cercana a la nuestra y que nos ha sido mal que bien, esporádicamente transmitida.
No es el momento de tratar aquí las múltiples formas proto-astrológicas que pudieron existir en los pueblos neo y paleolíticos.
La observación de las estrellas y su reagrupamiento en constelaciones es atestiguada desde el 2.400 a.C. En Elba (en la actual Siria), la salida de la constelación de las Péyades coincidía en esta fecha con el equinoccio de primavera. Y hacia el 2.000 a.C., más al este, en Mari, la salida de Arturus marcaba el inicio de la cosecha. Existía una astronomía sabia desde el inicio del primer imperio acadiano, fundado por el semita Sharrum-kîn (2334-2279), conocido bajo el nombre de Sargon, y cuyo nieto Narâm-Sîn (2254-2218), "el Amado de Sîn", es decir, el dios Luna, será el heredero inspirado. Estas primeras observaciones astronómicas registradas son también atestiguadas en el mismo siglo XXIII por el neoplatonicista Simplicius en el capítulo XI de su Comentario sobre el tratado Del Cielo de Aristóteles.

Las constelaciones estelares servían de referencias para el calendario en las diversas actividades de la vida social. Han conocido numerosas transformaciones al hilo del progreso de la observación y también de las rivalidades entre escuelas concurrentes. Una lista de constelaciones que data alrededor del 1.300 a.C., proveniente de la ciudad hitita de Boghaz-Köi (en la actual Turquía), contiene ya casi todas las constelaciones que llegarán a ser "zodiacales", a excepción de Leo y de Libra.

La sexta sección de la primera tabla de la serie MUL APIN (el famoso tratado babilonio de uranografía y también el primer catálogo de estrellas conocido), del cual el principal ejemplar, el BM 86378 (British Museum), datado en el 687 a.C. es una copia de una compilación algunas décadas anterior, y da la lista de 16 ó 17 constelaciones recorridas por la Luna y también por el Sol y los demás planetas:
MUL.MUL (las "estrellas-estrellas" en sumerio, o las Pléyades, equivalentes a una parte de la constelación de Tauro), GUD.AN.NA (el Tauro celeste, equivalente a una parte más meridional de la constelación de Tauro), SIBA.ZI.AN.NA (el fiel pastor celeste, u Orión), SHU.GI (el anciano, equivalente a la constelación de Perseo), GAM (el bastón quebrado, o Auriga), MASH.TAB.BA.GAL.GAL (los grandes gemelos, equivalente a la constelación de Géminis), AL.LUL (el cangrejo, o Cáncer), UR.GU.LA (el perro gigante, equivalente a la constelación de Leo), AB.SIN (la espiga de cebada, o Spica, equivalente a la constelación de Virgo), zi-ba-ni-tum (donde observamos el nombre acadiano y ya no sumerio, equivalente a la constelación de Libra), GIR.TAB (Escorpio), PA.BIL.SAG (equivalente a la constelación de Sagitario), SHUHUR.MASH (el pez-cabra, equivalente a la constelación de Capricornio), GU.LA (el muy alto o el gigante, equivalente a la constelación de Acuario), zibbâti SIM.MAH (y) A-un-ni-tum (las colas de la gran golondrina y del pez, recubriendo la constelación de Piscis), LU.HUN.GA (el trabajador temporero, equivalente a la constelación de Aries).
En este estadio pre-zodiacal, encontramos los 12 signos-constelaciones del futuro zodíaco, además con las constelaciones de las Pléyades (comprendidas en el Tauro moderno), de Orión, de Perseo, de Auriga y de "la Golondrina" (comprendida en el Piscis moderno). Las imágenes y nombres babilonios de las constelaciones zodiacales, con la sola excepción de Aries, serán retomadas por los astrónomos griegos. Estas estaciones lunares, en el origen de los signos zodiacales solares, comprenden constelaciones situadas fuera de la eclíptica (en razón de la inclinación de la órbita lunar), las cuales serán suprimidas de la organización zodiacal futura.
Una lista de época posterior, neo-asiria (Berlín, Museo arqueológico, VAT 7851), no comprende más que 14 constelaciones: Perseo y Auriga han desaparecido y las colas han sido reunidas bajo una misma constelación llamada DIL.GAN (la ballena).

La aparición del zodíaco de los 12 signos iguales ha sido datada de mitad del siglo VI a.C.
En su bra sobre el nacimiento de la astrología en Mesopotamia, Giovanni Pettinato relata el descubrimiento de una tabla salida de la biblioteca de Sippar, recientemente exhumada por arqueólogos iraquíes: encontramos allí, datado alrededor del 600 a.C., un zodíaco dividido en doce secciones. Los doce signos zodiacales de 30 grados cada uno, delimitados sobre la eclíptica y sin referencia a las constelaciones estelares, están claramente atestiguadas en una tabla datada en el 419 a.C. Es pues en los siglos VI y V, cuando se establecieron las reformas de la concepción babilonia del cielo astronómico y astrológico, del que los griegos, que en la misma época inventaron la metafísica, fueron los herederos.

El advenimiento del zodíaco no corresponde forzosamente al establecimiento de las significaciones astrológicas atribuídas más tarde a los doce signos zodiacales, en una época en la que las referencias estelares corresponderán más o menos a los meses de la cosecha. Como lo señala pertinentemente Florisoone: "Contrariamente a lo que se pudiera pensar, el zodíaco no fue una invención de inspiración exclusivamente astrológica, sino más bien una de las primeras manifestaciones del espíritu científico y del nacimiento de una verdadera astronomía en Mesopotamia".

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