Hispania siglo I a.C.
Las
creencias religiosas y los dioses astures
conforman un mundo complejo, las interpretaciones actuales no dejan
de ser hipótesis basadas en los datos obtenidos de los escritos
romanos, en tradiciones celtas que muestran cierta similitud y en
restos que aún pueden apreciarse en la cultura
tradicional de Asturias.
Dentro de este sistema religioso hay que diferenciar dos grandes
grupos, por un lado está el mundo funerario y por otro el resto de
rituales de la vida cotidiana, es decir dioses astures, druidas y
otras figuras mágicas.
Uno
de los aspectos más llamativos de la
época castreña
es la total ausencia de restos funerarios, tal es que llegó a
decirse que
los astures vivían pero que no morían.
La falta de restos se justificaba con teorías basadas en que los
astures usaban la incineración como ritual funerario pero la
ausencia de restos crematorios, de campos de urnas con cenizas o de
zonas específicas para tales ceremonias sigue intrigando a los
investigadores. Lo único que demuestra la muerte de los astures son
los restos de estelas funerarias, sin embargo no poseen restos
humanos asociados, estas aparecen a partir del siglo I y muchas de
ellas poseen inscripciones en latín, por lo tanto ya poseen una
clara influencia romana y no pueden considerarse propiamente astures.
El único resto encontrado expuesto es un maxilar superior que
puede verse en el museo arqueológico de la Campa Torres de Gijón.
En
los rituales
de la vida cotidiana,
lo que si parece estar claro es que todo giraba alrededor de los
elementos de la naturaleza, los árboles, bosques, ríos y montañas
eran considerados muchas veces como
lugares sagrados
y los dioses eran fuerzas naturales a los que se les ponía nombre.
En
el libro La
España Sagrada
se hace referencia a restos de inscripciones en estelas que podrían
referirse a posibles dioses, un ejemplo es la encontrada en Tineo,
donde aparece el nombre de Evedutonio
Barciaeco,
“Bracia”
era una palabra prerromana usada para indicar un terreno fértil y
húmedo, con buena vegetación, esto llevó a plantear la hipótesis
de un posible Dios
de la Bracia o de la fertilidad de la tierra. Otra
estela se encontró en Ujo con el nombre de Nimmedo
Seddiago,
la palabra “nimmedo”
era usada para indicar un lugar sagrado, posiblemente un bosque.
Como
se puede observar tales escritos son ya de época romana y es difícil
saber el grado de exactitud con la realidad de la época. Los romanos
llegaron a tachar a los astures de ateos, quizás por la ausencia de
representación de las figuras de sus dioses mediante relieves,
grabados, pinturas etc. Estrabón dice que solo rendían culto a una
única divinidad sin nombre en las noche de plenilunio. Actualmente
se cree que el panteón astur estaba formado por múltiples dioses
que se reflejaban en la naturaleza.
Algunos
de los
dioses astures
más conocidos o nombrados son:
Deva
era Diosa suprema, estaba relacionada con la tierra y la fertilidad,
se le dedicaban oraciones en la lengua antigua, en ocasiones se la
honraba tirando un puñado de cereal al suelo o al fuego. Esta diosa
de la tierra aun se recuerda en el nombre de lugares como El monte
Deva, el río Deva o el concejo de Ribadeva.
La
divinidad masculina más importante era Lug,
dios supremo que poseía su propia festividad, era un día en el que
celebraban Las
bodas del Dios Lug,
ceremonia que posiblemente se aprovechaba para realizar uniones
matrimoniales y que tenían lugar durante el verano. Este dios puede
recordarse en nombre de lugares como Lugones, Lugo de Llanera,
Llugas. La procedencia de Lug sigue siendo desconocida, algunos
autores dicen que era un dios que procedía de los Ligures, otros
dicen que proviene de la palabra Lucus, que quiere decir bosque
sagrado y, los romanos por su parte asemejaron este dios a Mercurio
(dios mensajero del panteón romano).
La
figura de Belenos
se asocia a la luz, el sol y el fuego, se le honraba para que
conservara el fuego del hogar con una fiesta característica de los
pueblos agrícolas y pastoriles al inicio de la época de siembra y
del ascenso del ganado a los puertos de montaña. Los romanos
asemejaron esta figura con el dios Apolo y, actualmente se le
recuerda en lugares como Beleño, Belén de Ponga o Beloño de Gijón
entre otros.
Candamo
o Cernunos
eran el mismo dios pero nombrado de manera diferente, es el dios de
la caza, de la vegetación, de los animales, de lugares fronterizos y
de los bosques, se le recuerda en el nombre dado a lugares como
Candamo, Candamín, Candás etc. Este evolucionó en la mitología
asturiana adoptando el nombre de Busgosu, guardián del bosque.
El
Dios Aramo
es el que protege las encrucijadas de caminos, se le recuerda en el
monte Aramo donde hay una importante necrópolis dolménica y por lo
tanto ya era un lugar sagrado antes de la época castreña.
Segono
era una culebra con cabeza de castrón, nombre parecido a la
localidad de Següenco en Cangues de Onis, el oriente de Asturias
posee múltiples leyendas de cuélebres (serpientes aladas) que
podrían tener su origen en este dios antiguo. Este personaje pudo
evolucionar en el actual cuélebre de la mitología asturiana. Cerca
del mirador de Següencu está el pueblo de Onao, no hace mucho una
de las mujeres más mayores del pueblo contaba una historia sobre un
cuélebre que, cuando salía de la cueva, cubría los cuatro picos
del valle ensombreciendo el día.
Vindonius
el blanco
era otra figura poderosa, la propia cordillera cantábrica era
conocida como el Mons Vindius, siempre blanca con sus nieves
perpetuas.
Taranis,
Taranos o Teleno (Toleno o Tilleno)
es el dios
del trueno,
de las tormentas y de la fuerza. Los romanos lo asemejaban con
Hércules y dio nombre a localidades como Teleña en Cangas de Onís,
Teleno en Riosa o Taraña en Siero.
Tutatis
es un dios de descendencia gala que los romanos identificaban con
Marte, era el dios de la guerra y protector en la batalla junto con
Cosu,
protector a su vez del castro y que dio nombre a localidades como
Caso y Caxous en Valdés o a Campocasu.
Hay
muchos otros dioses de los que se tienen menos referencias como
Epona,
Diosa
de los equinos, Brixit
Diosa sanadora, de las artes y del hogar, Navia
ninfa del agua, Glan
Diosa de la pureza, etc. Pese a la gran cantidad de dioses que
conforman el panteón astur es difícil identificar cuales son
propiamente indígenas y cuales fueron adoptados de otras culturas,
tampoco se sabe si todos fueron adorados o si cada tribu poseía su
propia manera de denominar a las diferentes divinidades.
+ INFO
No hay comentarios:
Publicar un comentario