28/5/18

ORIGEN DEL CRISTIANISMO (II)


El cristianismo, se debió propagar en gran parte como la religión de Mitra, cuyos principales propagadores fueron los soldados, lo que explica que los documentos de su culto, generalmente se hallen en el limes o frontera romana.

El eje de cristianismo León-Astorga-Mérida es precisamente el mismo sobre el que se documentan los testimonios del culto a Ma-Belona, traído por los soldados durante la conquista. Añadir que soldados de la Legio III Augusta, cuyo campamento de Lambaesis fue establecido bajo Adriano y que fue el que debió utilizar allí el destacamento de la Legio VII Gemina, murieron en Hispania en Mérida (CIL II, 484), Tarragona (CIL II, 4219), Setúbal (CIL II, 5184), El Coronil (CIL II, 1371), etc.

Si se observa la distribución de las primitivas comunidades cristianas en la Península se observa que ellas se encuentran en ciudades donde está bien atestiguada la presencia africana, aunque no en todas las ciudades donde se documenta esta presencia hay comunidades cristianas. Recientemente D. Julia ha estudiado la distribución de los monumentos funerarios en forma de cupae, tipo de enterramiento frecuente en Lusitania, Alentejo, Algarve y Extremadura; más concretamente en los alrededores de Lisboa (56 ejemplares), Alcácer do Sal, Alcaçovas, Mexilhoeira Grande, Olhâo, Mértola, Beja (30), Évora, Viana do Alemtejo, Mérida (2); en el Sur de la Bética: Belo, Cádiz; en la Tarraconensis: 27 en Barcelona y 4 en Tarragona. La fecha de estos monumentos es el siglo II y III. También se han hallado 2 ejemplares en León, 2 en Palencia y uno en Alcalá de Henares. El origen de estos monumentos se sitúa hoy en Mauritania, Numidia y África Proconsular. El ejemplar de Belo, por ejemplo, es gemelo a los de Henchir-Zoura y Tipasa; a prototipos africanos obedecen también varios ejemplares de Tarragona, Barcelona y Mérida.

Junto a este elemento militar que desempeña un papel importante en la propagación del cristianismo en Hispania, al igual que lo había desempeñado en la romanización, desde África, se documentan los mercaderes cristianos. África mantenía relaciones comerciales intensas con Hispania, según el Edictum de pretiis de Afrodisias (1, 58).

El Breviario de la Diócesis de Barcelona, recogiendo tradiciones antiguas, describe a San Cucufate (San Cugat) “natione afer, nobilibus et christianis parentibus in scilitana natus” navegando desde África a Barcelona; la ciudad donde nació es precisamente la localidad de la que se conocen las Actas más antiguas de mártires en África, muertos en el 180. De África viene San Félix, que predicó en Barcelona, Ampurias y Gerona; el códice de Moissac le describe camuflado de mercader “cum se negotiatorem rerum uenalium, simularet”. Según las Actas del martirio de San Adón, San Félix era también oriundo de la ciudad de Scillis. Estos santos son también de la época de Diocleciano.
Por las ciudades: Barcelona, Gerona, Zaragoza, Valencia, Calahorra, León, Mérida, Sevilla, Alcalá de Henares, Córdoba y Toledo, de donde proceden los mártires de la persecución, se deduce que el cristianismo había hecho pocos progresos y proceden en su casi totalidad de ciudades de la costa o situadas en las proximidades de los grandes ríos.
La propagación del cristianismo en Hispania con respecto a África se encontraba muy retrasada a finales del siglo III.

Continuará...

21/5/18

ORIGEN DEL CRISTIANISMO (I)

Expansión cristiana desde 200 a 600 d.C.

El testimonio más antiguo de la existencia de cristianos en la Península Ibérica procede de Tertuliano y data hacia el año 200; en él este escritor africano afirma que el cristianismo se encuentra ya extendido por todos los límites del mundo conocido.

El testimonio de San Ireneo de Lyon fechado hacia el año 180, quizás se refiera al cristianismo entre los íberos del Ponto y no entre los íberos hispanos, ya que J. Colin propuso la tesis que Eusebio (HE 5, 1) hizo de Ireneo un obispo de Lyon en la Galia, colocando en esta ciudad, en el año 177, el martirio de los mártires Potino, Santo, Attalo y Blandino. El escritor eclesiástico había confundido la Galia de Occidente con la Galia de Asia Menor. Lyon, llamada Colonia Claudia, con Neoclaudiopolis, y Vienne, Colonia Augusta, con Heracleopolis-Sebastopolis.
San Ireneo sería obispo de Neoclaudiopolis, en el Ponto de Galatia; la problemática de sus escritos quedaría mejor explicada así, y la persecución se debería a un conocido perseguidor del cristianismo: Arrius Antoninus.

M. Díaz Díaz se inclina a aceptar la probabilidad de que el fundamento de la apelación de estas comunidades hispanas a Cartago, o más bien al "conjunto de iglesias africanas, cuyo principal exponente es a la sazón Cartago, sea el que estas iglesias hayan jugado un papel definitivo en la expansión del cristianismo hispánico". Cree que las iglesias hispanas acuden a África porque proceden de allí; en cambio, para nosotros, los obispos libeláticos se dirigen a Roma, no porque esta sede tenga ninguna autoridad sobre ellos, pues en la primitiva iglesia todas las iglesias son independientes, sino porque Roma tradicionalmente era de una mayor tolerancia, como lo indican las acusaciones de San Hipólito contra el Papa San Calixto (217-22), a quien le echa en cara el perdonar los pecados de la carne, el admitir obispos, sacerdotes y diáconos casados dos o tres veces, el permitir el matrimonio de los sacerdotes y el tolerar el aborto.

Tertuliano, en su tratado “De poenitencia”, ataca violentamente las disposiciones de San Calixto de conceder la penitencia a todas las faltas sin excepción. Es muy importante recordar que en el año 251 el Papa Cornelio reúne en Roma un concilio que condena a Novaciano, quien había expuesto su posición precisamente sobre los “lapsi”, considerando que no se debía conceder ninguna reconciliación.

Las zonas donde se documentan comunidades cristianas en el año 254, Astorga-León, Mérida y Zaragoza, son precisamente las relacionadas con la legión: León-Astorga, donde acampaba la legión; Mérida, la capital de Lusitania en íntima relación con las dos ciudades citadas, unidas por la "Calzada de la Plata", y Zaragoza, punto importante del “limes” contra los vascones.

Entre los primeros mártires hispanos abunda el elemento militar. Recordar a San Marcelo, centurión de la Legio VII Gemina, natural de Tánger, y Emeterio y Celedonio, soldados de la Legio VII en Calahorra, ciudad por donde debía pasar el limes contra vascones y que explica la presencia de estos soldados en la ciudad. Varios militares se mencionan en las Actas de San Fructuoso.

Continuará...