26/8/18

MANDALAS MUSICALES



Nota Do (C) vibra en 396 hertzios de frecuencia, para la liberación del miedo y la culpabilidad.

Nota RE (D) vibra en 417 hertzios de frecuencia para la transformación, transmutación, y conversión de nuestro estado mental, para llegar a la aceptación de lo divino.

Nota MI (E) vibra en 528 hertzios de frecuencia, para la transformación y reparación del ADN.

Nota FA (F) vibra en 639 hertzios de frecuencia para El Quantum Cognition esto es, mejorar el conocimiento, acelerar la inteligencia. Escuchando por un tiempo prolongado el sonido de la nota FA, el cerebro puede experimentar la reducción de un compuesto químico presente en el cerebro denominado ácido quinurénico, puede mejorar las capacidades cognitivas tanto de personas sanas como de pacientes que padezcan trastornos neuro degenerativos o psicóticos.

Nota SOL (G) vibra en 741 hertzios de frecuencia, e incide y en la expansión de la conciencia humana.

Nota LA (A) vibra en 852 hertzios y despierta la intuición, la nota LA afecta la glándula pineal o epífisis, el llamado tercer ojo, que constituye la antena del ser humano, no solo la intuición como parte de las habilidades del hombre, sino la telepatía, la psicoquinesis y otras capacidades del hombre serían desarrolladas por su influencia.

Nota SI vibra en 963 hertzios de frecuencia e incide en el sistema nervioso, estabilizándolo, y equilibrando las energías acumuladas por el estrés y otros factores.

15/8/18

EL VERANO


¿Por qué hace más calor en verano en el hemisferio Norte, si el Sol está más lejos de la Tierra?
Aunque en un principio pueda sonar contradictorio, en el hemisferio norte, la Tierra se encuentra más lejos del Sol en verano que en invierno, y no importa tanto la distancia entre la gran estrella y nuestro planeta.

El eje imaginario sobre el cual gira la Tierra está desviado unos 23 grados, si bien es cierto que varía entre los 22 y los 24 en un proceso que dura miles de años. Esa inclinación lateral del planeta cambia radicalmente la forma en que los rayos solares, que son los que irradian calor sobre la Tierra, impactan sobre la atmósfera y la superficie terrestre.
Así se desechan teorías que intentan explicar la diferencia de temperatura, como que en verano hace más calor porque el cielo está más despejado o porque hay más horas de luz, que también influye.

Cuando en el hemisferio norte es verano, el eje terrestre hace que sea esa mitad superior del globo la que esté más cerca del sol y que los rayos solares incidan sobre la Tierra más perpendicularmente, es decir, de manera menos oblicua. Por eso, en Julio o Agosto da la sensación de que el Sol llega más arriba en el cielo.
Lo que ocurre es que el Sol se alinea con el hemisferio norte, y la radiación solar, en verano, se concentra en un menor espacio que en invierno, haciendo que la temperatura sea mayor.

El momento en que el sol está más lejano a la Tierra -unos 152 millones de kilómetros- se llama afelio.
Por su parte, el nombre que recibe el punto de la órbita terrestre más cercano al astro rey es perihelio y mide unos 147 millones de kilómetros.
La diferencia entre ambas cantidades puede asustar si se mira en cuando a valor absoluto, pero si tenemos en cuenta que apenas es un tres por ciento de la distancia media, vemos que es un dato insignificante.

Así que la distancia entre Tierra y Sol no es lo que determina las estaciones del año, sino la inclinación del eje de nuestro planeta, razón por la cual cuando en el norte es verano, en el sur es invierno y viceversa. Si el eje fuera perpendicular al ecuador y a los rayos del sol, no existirían las estaciones y los días durarían exactamente lo mismo siempre en todos los lugares del mundo. Por eso, en regiones próximas a la línea que divide nuestro planeta en dos mitades (ecuador), los días son casi siempre iguales y la hora de amanecer y de anochecer apenas varía unos minutos.


10/8/18

LLUVIA DE PERSEIDAS


YA ES SAN LORENZO, Y COMO CADA AÑO, CUANDO SE ESCONDA EL SOL PODEMOS OBSERVAR LA LLUVIA DE PERSEIDAS (las lágrimas de San Lorenzo).
La noche del 12 al 13 de agosto podremos disfrutar del máximo de esta lluvia de estrellas.
Este año, sin Luna, podremos detectar perseidas más débiles. En quince minutos seguro que las contamos por decenas si aguantamos la mirada en un punto fijo del cielo.

El evento será retransmitido en directo, desde el Observatorio del Teide (Izaña, Tenerife) y desde El Anillo (Cáceres), a través del canal sky-live.tv, el día 12 de agosto, con la colaboración del proyecto europeo STARS4ALL y la iniciativa impulsada por la Junta de Extremadura, “Extremadura, Buenas Noches”. Además, el proyecto de ciencia ciudadana “Contadores de estrellas”, financiado por la FECYT, lanza una propuesta de observación para toda la familia.

Las llamadas ‘estrellas fugaces’ son pequeñas partículas de polvo de distintos tamaños, algunas menores que granos de arena, que van dejando los Cometas o asteroides a lo largo de sus órbitas alrededor del Sol. La nube de partículas resultante (llamados meteoroides), debido al deshielo producido por el calor solar, se dispersa por la órbita del cometa y es atravesada cada año por La Tierra en su órbita alrededor del Sol.
Durante este encuentro, las partículas de polvo se desintegran al entrar en la atmósfera terrestre, creando los conocidos trazos luminosos que reciben el nombre científico de meteoros.

La actividad de las Perseidas tiene como progenitor al cometa Swift-Tuttle, descubierto en 1.862. Con un tamaño aproximado de 26 kms. de diámetro, actualmente, es el mayor objeto que de forma periódica se acerca a la Tierra.
Según los cálculos de los modelos estándares, la actividad de las Perseidas se sitúa alrededor de los 100 meteoros/hora (ZHR o tasas horarias cenitales).
En los años cercanos al perihelio de Swift-Tuttle, es decir, cuando se encuentra en el máximo acercamiento al Sol, el último fue en 1.992 y el siguiente será en 2.126, la actividad puede crecer hasta los 400-500 meteoros/hora debido a la alta densidad de meteoroides que rodean y acompañan al cometa. Sin embargo, las Perseidas son conocidas por sus “estallidos de actividad” provocados por la influencia gravitatoria de Júpiter y Saturno sobre las nubes de polvo eyectadas por el cometa en el pasado.

En 1.839 el observador alemán E. Heis contabilizó por primera vez la tasa máxima de las Perseidas: 160 meteoros/hora. Después, hasta 1.858, fluctuó entre 37 y 88 meteoros/hora. En 1.920, por ejemplo, las Perseidas llegaron a 200 meteoros/hora y a 187 en 1.983. Desde el año 2.013, y gracias a las buenas condiciones del Observatorio del Teide, hemos podido observar de forma continua la lluvia y todos los años hemos presenciado un bonito espectáculo en los cielos.