25/8/10

MAGNETOESTRELLAS

                    LA MAGNETOESTRELLA
Utilizando el Very Large Telescope (VLT) de ESO en el norte de Chile, astrónomos europeos han demostrado por primera vez que una magnetoestrella -un inusual tipo de estrella de neutrones- se formó a partir de una estrella de al menos 40 veces la masa del Sol. El resultado desafía las actuales teorías sobre evolución estelar pues se esperaba que una estrella tan masiva como ésta se convirtiera en un agujero negro en lugar de una magnetoestrella. Esto genera una pregunta fundamental: ¿cuán masiva tiene que ser realmente una estrella para convertirse en un agujero negro?
Para llegar a estas conclusiones, los astrónomos estudiaron en detalle el extraordinario cúmulo estelar Westerlund 1, ubicado a 16.000 años-luz de distancia, en dirección de la austral constelación de Ara (el Altar). A partir de estudios anteriores, los astrónomos sabían que Westerlund 1 es el mayor cúmulo de estrellas cercano conocido, con cientos de estrellas muy masivas en su interior -algunas que brillan con un resplandor similar a casi un millón de soles- y una extensión de unas doscientas veces el diámetro del Sol (similar a la órbita de Saturno).
Una magnetoestrella, es un tipo de estrella de neutrones con un campo magnético tremendamente fuerte, 1.015 veces más fuerte que el de la Tierra, que se forman cuando ciertas estrellas explotan como supernovas. El cúmulo Westerlund 1 alberga una de los pocas magnetoestrellas conocidas en la Vía Láctea. Gracias a que se encuentra en el cúmulo, los astrónomos pudieron llegar a la notable deducción de que esta magnetoestrella debe haberse formado a partir de una estrella al menos 40 veces más masiva que el Sol.
El cúmulo abierto Westerlund 1 fue descubierto en 1961 desde Australia por el astrónomo suizo Bengt Westerlund, quien más tarde se convertiría en Director de ESO en Chile (1970–74). Este cúmulo está detrás de una enorme nube interestelar de gas y polvo que bloquea la mayor parte de la luz visible. El efecto de oscurecimiento es de más de 100.000, por eso ha tomado tanto tiempo descubrir la verdadera naturaleza de este particular conjunto de estrellas.
“Si el Sistema Solar estuviese ubicado en el corazón de este notable cúmulo, nuestro cielo nocturno estaría lleno de cientos de estrellas tan brillantes como la Luna llena”, dice Ben Ritchie, autor principal del artículo que presenta estos resultados.

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