8/1/14

VÓRTICE POLAR Y CORRIENTE DE CHORRO


Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EEUU, los vórtices polares son fenómenos climáticos que están siempre presentes, áreas de aire giratorio sobre los dos polos, que se ubican en la media y alta troposfera y en la estratosfera, y que se mueven a diferentes velocidades. Gracias a ellos, el aire frío y denso se mantiene sobre los polos. Son ciclones permanentes que se hacen más fuertes y amplios en los inviernos y se debilitan durante los veranos. Múltiples factores climáticos hacen que ese aire frío “encerrado” por el vórtice polar se libere repentinamente y descienda hasta las capas inferiores de la atmósfera, provocando los estragos que padecen ahora los habitantes del noreste de América del Norte.

La Corriente de Chorro
Alex Deakin experto meteorólogo, cree que lo que está sucediendo tiene más que ver con otro fenómeno que ocurre en lo alto de la atmósfera: la corriente de chorro polar, un fuerte y estrecho flujo de aire concentrado. El aire frío ha estado sobre Canadá desde hace varias semanas, mientras que en Estados Unidos las temperaturas han sido relativamente suaves. Ese contraste, explica Deakin, es lo que impulsa a la fuerte corriente fría que mueve áreas de baja presión a través del centro de Estados Unidos hacia la región de los Grandes Lagos y el noreste del país.

Esos sistemas de baja presión han producido las grandes nevadas que se han visto. Pero detrás de las últimas de esas áreas de baja presión, dice Deakin, viene el aire frío de verdad: los vientos glaciales están haciendo descender el aire frío, que efectivamente proviene del polo. La fuerza del viento sumada al aire extremadamente frío es la que está causando problemas.

Las temperaturas de menos de -26 ºC se han visto intensificadas en decenas de grados más allá del punto de congelación a causa del viento, algo que supone un peligro para quienes salen a la intemperie: uno puede congelarse en cuestión de minutos. La ola polar está dejando records históricos, este martes, en Winnipeg, la capital de la provincia canadiense de Manitoba, se registraron -34 ºC, pero a causa del viento helado, la sensación térmica llegó a -47ºC. No hacía tanto frío desde 1966, cuando los termómetros marcaron -40.6°C.
Además, y gracias a la corriente, el frío ya no está confinado a la región de los Grandes Lagos, sino que se extiende hacia al sur y llegará hasta Texas.

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