25/5/20

SANDHYÂ


El vocablo sánscrito "sandhyâ" (derivado de "sandhi": punto de contacto o de unión entre dos cosas) se emplea también en una acepción más corriente, para designar el crepúsculo (matutino o vespertino) y –en la doctrina de los ciclos cósmicos– individualiza el intervalo entre dos Yugas, intervalo o intermedio que no implica alargamiento en el tiempo, sino tránsito o transcurso entre un ciclo y el siguiente (o entre el ciclo final y la disolución, o –al fin de ésta– el comienzo de un nuevo ciclo), tal como el crepúsculo señala la transición, intervalo o paso, entre el ocaso y la noche, o entre el fin de ésta y el día.
Este es en nuestra opinión el sentido simbólico del crepúsculo y el natural del "sandhyâ", aplicado a la doctrina cíclica. El vocablo "intervalo" –del latín "intervallus"– presenta dos acepciones: la raíz "inter" indica –en el "tiempo"– "durante", "mientras", "en el transcurso de"; y, en el "espacio", "entre","en", "en medio de".
El vocablo se emplea aquí en el sentido del tiempo, pero –al finalizar el ciclo– el intervalo debe tomarse en el sentido del espacio, pues entonces el intervalo –hasta el comienzo de un nuevo ciclo– es intemporal.

Debemos extremar las precauciones y agotar el análisis en la medida de lo posible, ya que "los fenómenos naturales en general, y en especial los astronómicos, jamás son contemplados en las doctrinas tradicionales si no es a título de simple modo de expresión, como simbolizando ciertas verdades de orden superior; si los mismos los simbolizan efectivamente es porque sus leyes no son en el fondo otra cosa que una expresión de dichas verdades en un dominio especial, algo así como la traducción de los principios correspondientes, adaptados naturalmente a las condiciones particulares del estado corporal y humano".

"Puede comprenderse por lo tanto cuán grande es el error de aquellos que quieren ver "naturalismo" en estas doctrinas, o creen que éstas sólo proponen describir y explicar los fenómenos tal como puede hacerlo la ciencia "profana", si bien en formas diferentes. Ello importa propiamente invertir las relaciones y tomar el símbolo mismo por lo que representa; el signo por la cosa o la idea significada".
Ahora bien, con esta prevención y volviendo al tema, consideramos que al basarse el ritmo de los ciclos cósmicos de la doctrina hindú en el fenómeno astronómico de la precesión de los equinoccios, resulta congruente con ello apoyar en el "crepúsculo astronómico" el cálculo de la duración temporal del "sandhyâ".

El crepúsculo astronómico vespertino es el producido por el reflejo en la atmósfera de la luz del Sol, mientras éste aparenta recorrer hacia el "poniente"el arco comprendido entre el horizonte y el círculo paralelo a él situado 18º más abajo.
Prácticamente, la terminación del crepúsculo astronómico vespertino coincide con la "aparición" de las estrellas de sexta magnitud, que son las de menor brillo que pueden observarse a simple vista. Inversamente, el crepúsculo astronómico matutino está constituido por el reflejo de la luz del Sol en la atmósfera, mientras éste aparenta recorrer hacia el naciente el arco de 18º comprendido entre los círculos que hemos mencionado más arriba.

El alba se inicia con la desaparición visual de las estrellas de sexta magnitud, y termina cuando el Sol despunta el horizonte. Agreguemos que la duración del crepúsculo astronómico varía con las épocas del año, pues para una misma latitudson diferentes los tiempos que tarda el Sol en recorrer hipotéticamentearcos de distinta declinación, comprendidos entre el horizonte y el círculo crepuscular astronómico, y viceversa.

En Buenos Aires, por ejemplo, situada a 34º 36' de latitud Sur, el crepúsculo del día del solsticio de verano, cuando la declinación del Sol es de –23º 27', alcanza a 1 hora, 50 minutos, 50 segundos, mientras que en el día del equinoccio de primavera, –cuando la declinación del Sol es de 0º– el crepúsculo dura 1 hora y 19 minutos. Así también, la duración de los crepúsculos aumenta con la latitud del lugar. Ya expresamos que en Buenos Aires el crepúsculo del día del solsticio de verano dura 1 hora, 50 minutos, 50 segundos, en razón de estar dicha capital a 34º 36' de latitud Sur; para la misma fecha, en la ciudad de Ushuaia, situada a 54º 49' 22'' de latitud Sur, el crepúsculo vespertino prácticamente se une con el matutino, es decir, no se observa noche cerrada.

Este pequeño pero indispensable paréntesis cosmográfico nos permite aportar un fundamento complementario al hecho ya comentado de que la tradición primigenia, inicialmente "hiperbórea", tenía su sede espiritualen un lugar donde el Sol daba en verano la vuelta al horizonte sin ponerse, lo que ocurre en el mismo Polo Norte y en la región circumpolar.

Continuará...

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