Nuevas
observaciones del telescopio VLT del Observatorio Europeo Austral
(ESO) han revelado alineaciones de cuásares en las estructuras más
grandes jamás descubiertas en el Universo.
Un
equipo europeo de investigación ha descubierto que los ejes de
rotación de los agujeros negros supermasivos centrales, en una
muestra de cuásares, son paralelos entre sí a distancias de miles
de millones de años luz.
El
equipo también ha desvelado que los ejes de rotación de estos
cuásares tienden a alinearse con las vastas estructuras de la red
cósmica en la que residen.
Los
cuásares son galaxias con agujeros negros supermasivos muy activos
en sus centros. Estos agujeros negros están rodeados por discos de
material extremadamente caliente que giran, por lo que a menudo
expulsan parte de ese material en forma de largos chorros a lo largo
de sus ejes de rotación de giro.
Los
cuásares pueden brillar más que todas las estrellas del resto de
las galaxias juntas. Los científicos, liderados por Damien
Hutsemékers, de la Universidad de Lieja (Bélgica), han utilizado el
instrumento FORS, instalado en el VLT, para estudiar 93 cuásares que
se sabía formaban grandes agrupaciones repartidas a lo largo de
miles de millones de años luz, en un momento en el que el universo
tenía alrededor de un tercio de su edad actual. «La primera cosa
extraña que percibimos fue que algunos de los ejes de rotación de
los cuásares se alinearan unos con respecto a otros, a pesar de que
estos están separados por miles de millones de años luz», ha
explicado Hutsemékers.
El
equipo fue más allá y estudió si los ejes de rotación estaban
vinculados, no sólo a los demás, sino también a la estructura del
universo a gran escala en aquel momento, informa el ESO en un
comunicado.
Estructura
a gran escala del universo.
Cuando
los astrónomos observan la distribución de las galaxias en escalas
de miles de millones de años luz, ven que no están distribuidas
uniformemente. Forman una red cósmica de filamentos y cúmulos
alrededor de enormes espacios vacíos donde escasean las galaxias.
Esta intrigante y hermosa composición de material se conoce como
estructura a gran escala del Universo.
Los
nuevos resultados del VLT indican que los ejes de rotación de los
cuásares tienden a ser paralelos a las estructuras a gran escala en
las que se encuentran; así que, si éstos se encuentran en un
filamento extenso, los giros de los agujeros negros centrales
apuntarán a lo largo del filamento. Los investigadores estiman que
la probabilidad de que estas alineaciones sean simplemente fruto de
la casualidad es de menos del 1 por ciento. «Una correlación entre
la orientación de los cuásares y la estructura a la que pertenecen
es una importante predicción de modelos numéricos de evolución de
nuestro universo. Nuestros datos proporcionan la confirmación de la
primera observación de este efecto, a escala mucho mayor que lo que
había sido observado hasta la fecha para las galaxias normales», ha
añadido Dominique Sluse, del Instituto Argelander de Astronomía en
Bonn (Alemania). El equipo no podía ver directamente ni los ejes de
rotación ni los chorros de los cuásares. En su lugar, se midió la
polarización de la luz de cada cuásar y, para 19 de ellos,
encontraron una señal significativamente polarizada. La dirección
de esta polarización, combinada con otra información, podría
utilizarse para deducir el ángulo del disco de acreción y, por lo
tanto, la dirección del eje de giro del cuásar. «Las alineaciones
en los nuevos datos, en escalas incluso más grandes que las
predicciones actuales de las simulaciones, pueden ser un indicio de
que hay un ingrediente que falta en nuestros modelos actuales del
cosmos», ha concluido Sluse.
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