16/12/15

HELIOGÁBALO (EL-GABAL)

Áureo romano representando a Heliogábalo. En el reverso se lee Sanct Deo Soli Elagabal (Al sagrado dios del sol Elagabal), y representa un carro dorado de cuatro caballos, que lleva la sagrada piedra del templo de Emesa.

El título religioso “Sol Invictus” (el Invencible Dios Sol) fue aplicado al dios El-Gabal durante el Imperio romano.

El-Gabal (en su forma latinizada Elagabal o Elagabalus-Heliogábalo) era una antigua deidad solar asiria cuyo culto llegó a Roma a principios del siglo III d.C. El dios sirio fue asimilado al dios sol romano Sol Invictus.
El-Gabal era venerado originalmente en la ciudad siria de Emesa. Su nombre deriva de El, la principal divinidad del panteón cananeo, y Gabal, que significa montaña (equivalente en hebreo, gevul, y árabe, jebel) "El de la montaña", la forma local que el dios “El” tomaba en la ciudad de Emesa (actual Homs).

El culto de El-Gabal fue introducido en Roma por el emperador Marco Aurelio Antonino, que antes de su acceso al trono imperial había sido sumo sacerdote del dios en Emesa. Por ese motivo, el emperador fue conocido como Heliogábalo (Elagabalus) tiempo después de su muerte.

En la ladera este del Monte Palatino se construyó un templo, llamado Elagabalium, para albergar la piedra sagrada del templo de Emesa, un meteorito negro de forma cónica, símbolo del dios.
El emperador intentó también unificar las religiones romana y siria bajo la supremacía de su dios, al que situó incluso por encima de Júpiter, y al que asignó como esposa a Astarté, Minerva o Urania.
 
Las más sagradas reliquias de la religión romana fueron trasladadas desde sus respectivos santuarios al Elagabalium, incluyendo la Gran Madre, el fuego de Vesta, los Escudos de los Salios y el Paladio, para que ningún otro dios salvo El-Gabal fuera venerado. Según algunas fuentes, el emperador declaró además que judíos, samaritanos y cristianos debían realizar también sus ritos en el Elagabalium, para que así éste "pudiera incluir los misterios de cualquier forma de culto".

Durante su mandato, Heliogábalo hizo caso omiso de las tradiciones religiosas y los tabues sexuales de Roma. Reemplazó a Júpiter, cabeza del panteón romano, por el Deus Sol Invictus, y obligó a miembros destacados del gobierno de Roma a participar en los ritos religiosos en honor de la deidad, de la que él era sumo-sacerdote. Se casó hasta cinco veces y se dice que otorgó favores a personas que se creía pudieran ser sus amantes homosexuales, hasta el punto de que se le acusó de haberse prostituido él mismo en el palacio imperial. Su comportamiento provocó el rechazo de la Guardia Pretoriana y del Senado romano. Tras el asesinato del emperador en 222 sus edictos religiosos fueron revocados, y el culto de El-Gabal se limitó otra vez a Emesa.

Fuente:wikipedia
 

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