15/9/21

LA DIOSA ASTARTÉ


Astarté es el nombre de la principal diosa fenicia de la costa sur de la Península ibérica, conocida por los sumerios como Inanna, por los acadios como Ishtar y por los israelitas como Asera. Los fenicios de Tiro llevaron su culto, extendiéndose entre las poblaciones tartésicas.
En la época helenística (s. IV al I a.C.) cuando los griegos se asentaron en Oriente Próximo, asimilaron a Astarté con su Afrodita y en parte con Deméter. Los griegos la también la llamaban Isis.

De acuerdo con el libro The Early History of God, Astarté sería la denominación correspondiente a la Edad de hierro (después de 1.200 a.C.) de la diosa Asera de la Edad de bronce (antes de 1.200 a.C.).
La forma griega Astarté que era considerada la "diosa de los sidonios" (1ª Re 11:5), en las Cartas de Amarna, es Ashirtu y Ashratu.
Attar (en ugarítico y lengua sur-arábiga, ṯtr), también conocido como Athtar, Athar, Astar o Ashtar es el dios del lucero del alba (Venus) en la mitología semítica occidental y se corresponde con la diosa Istar en Mesopotamia, asociada también a Venus.

Su nombre en egipcio es Ast, y primitivamente fue una diosa-cielo, originaria de Behbet-el Hagar, en el delta del Nilo. Llevaba un trono (ast) sobre su cabeza y originalmente fue representante del trono. Reina de los dioses; gran diosa madre; recuperadora y embalsamadora del cuerpo de Osiris; protectora de Horus niño hasta que éste pudo luchar por su patrimonio. Su morada en los cielos era la estrella Sotis (Sirio) de la constelación de Orión (asociada a Osiris), por lo que también fue conocida como Isis-Sothis.

Astarté representaba el culto a la Madre Tierra y la fertilidad, progenitora de todos los seres vivos, diosa de la fecundidad, del amor y la vida, pero también podía serlo de los astros. Sus símbolos eran el león, el caballo, la esfinge, la paloma, y una estrella dentro de un círculo que indica el planeta Venus.

Según los historiadores griegos y romanos de la antigüedad, en la costa sur de España había templos dedicados a una diosa relacionados con Astarté (Venus).

Estrabón, en su libro III, habla de una serie de santuarios a lo largo de la costa de Cádiz, que pueden identificarse con templos de navegantes que profesaban su culto, por lo que se habla de que en Hispania, Astarté era considerada protectora de los marinos. Desde las costas, las influencias llegarían por el interior hasta lo que hoy son las provincias de Andalucía y Extremadura. Los motivos de la desaparición del reino de los Tartessos, siguen siendo una incógnita para los historiadores. Independientemente de las causas de su final, a partir el siglo VI, la gran influencia fenicia de Astarté se ve superada por la diosa Tanit cartaginesa.
En la actualidad, perviven las peregrinaciones a los lugares de culto de la diosa Astarté, donde en la época fenicia había algún templo en su honor. Es el caso de la peregrinación del Rocío a las marismas de Huelva.

Todo parece indicar que los Cananeos al instalarse en Gadir y construir santuarios en Spal y otros enclaves del rio Guadiana, construyeron los primeros santuarios dedicados a sus dioses Baal y Astarté que formaban una pareja.

Astarté sale en el Ocaso y rige las estrellas del cosmos hasta el Alba. Su símbolo, la Estrella de ocho puntas, representa el planeta del amor, el lucero del alba que sigue celebrándose en el sur peninsular, cuyo símbolo representa a la actual Andalucía.
Baal rige el día y la fertilidad de los cultivos como el Osiris Egipcio. La virilidad era representada por el Toro, por eso Baal también aparece como un toro joven.
Este símbolo asociado a otros representativos de la Diosa-Madre, se encuentra en diversos yacimientos de grabados rupestres diseminados por todas las Islas Canarias.

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