12/11/12

PRINCIPIO DE UNIDAD


Tanto la ignorancia como el conocimiento han ayudado a dividir al hombre contra el hombre y a las naciones contra las naciones; por una parte el hombre no puede sino aceptar la vasta diversidad de las apariencias, costumbres, culturas y civilizaciones, es casi inevitable que donde no existe una profunda comprensión, tal diversidad conduciría a la separatividad.
No obstante, en cierto punto de la evolución del ser humano, el egoísmo es una expresión natural. Con todo, tal y como la conciencia de la humanidad se ha expandido desde la familia hasta la tribu, a la comunidad y a la nación con una inclusividad siempre creciente, si la humanidad va a sobrevivir esta Era presente, es imperativo que su conciencia sea expandida de lo nacional a lo planetario: la humanidad una.
La humanidad enfrenta hoy problemas globales, crisis que una sola nación no puede resolver. Además, el poder otorgado ahora al hombre, a través de la ciencia y de la tecnología, aumentan los peligros inherentes al egoísmo y a la separatividad hasta el punto que la humanidad puede ser destruida por su propia falta de integridad.

El individuo puede contribuir a la emergencia de la unidad mundial observando su propia vida y considerar si actúa de un modo separatista. Promoviendo su propio reconocimiento de la unidad y practicando los valores de la cooperación, el compartir, la responsabilidad y el servicio al bien común, logrará que su separatividad sea trasmutada en inclusividad.
Y uno puede también rehusarse a cooperar o en dar energía a cualquier manifestación de separatividad, ya sea a nivel mental, emocional o físico. Por otro lado, uno puede alentar activamente aquellas actividades que son caracterizadas por los valores espirituales. Pensamiento, aspiración, tiempo y dinero son todas contribuciones que las personas de buena voluntad pueden dedicar al servicio del bien general.

Cada día, en las noticias, hay un “collage” de imágenes que demuestra cómo el egoísmo y la separatividad socavan el gran todo desde la comunidad local hasta la internacional. Pueden ser los intereses egoístas de dos naciones los cua­les puedan en el despertar de sus conflictos, aniquilar a toda la humanidad. Puede ser el conflicto entre el trabajador y el capitalista, los cuales en la búsqueda de satisfacción de sus propias ambiciones financieras, destruyan la estabilidad de la propia comunidad que ellos sirven.
Búsquese la causa del problema y será inevitablemente alguna forma de separatividad y egoísmo.

La unidad y la paz y la seguridad vendrán a través del reconocimiento (inteligentemente logrado) del mal que ha llevado a la presente situación mundial, y luego a través de dar aquellos sabios pasos, apasionados y comprensivos los cuales llevarán a establecer las rectas relaciones humanas, a sustituir el presente sistema de competencia por uno de colaboración, a la educación de las masas en cada lugar de la tierra, y a establecer la buena voluntad y su potencia aún no utilizada.

Es esencial que la humanidad reconozca su unidad e interdependencia. Los hombres y mujeres de buena voluntad que permiten la expresión de esta realidad en sus vidas diarias pueden ser el factor decisivo en el nacimiento de la huma­nidad una.

Entonces, las bases para el nuevo orden planetario serán establecidas, y nosotros cantaremos con Séller: "Alégrate, divina chispa de Dios... Tu magia u­nió lo que las costumbres han rigurosamente separado, Todos los hombres serán hermanos, donde tus alas descansen.”

Fuente: http://www.sabiduriarcana.org/unidad.htm

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