Los científicos
describen con detalle cómo Sagitario A, en el centro de nuestra galaxia,
destrozará hasta apenas dejar restos una gigantesca nube de gas a mediados de
2013.
Una densa nube de polvo y gas, tres veces más
grande que la Tierra ,
recorre en estos momentos su camino hacia el patíbulo. Atraída por su inmensa
gravedad, se dirige sin remedio hacia Sagitario A, el
colosal agujero negro en
el centro de nuestra galaxia, la
Vía Láctea , con una masa 4,3 millones de veces la del Sol. La nube será devorada a mediados de 2013,
cuando se produzca el fatal e inevitable encuentro. Entonces, ¿qué sucederá?
¿Podrá salvarse algún rastro de material?.
Un equipo de astrofísicos del Laboratorio Nacional
Lawrence Livermore de EE.UU. ha realizado una nueva simulación
para conocer cómo se producirá esta cena cósmica. La víctima, en efecto, será
en parte desgarrada y en parte tragada como en un gran banquete.
Los investigadores utilizaron los datos de más de
50.000 horas de computación en 3.000 procesadores de la Universidad de Clemson
en Columbia (Carolina del Sur) para conocer el destino de la nube, bautizada
como G2. No es la primera vez que
los científicos realizan simulaciones de este futuro choque de gigantes, pero
sí es la primera en 3D, además de incluir otras mejoras que permiten seguir de
manera más eficaz la trayectoria de la nube.
La composición de G2 es todavía un misterio. Los
astrónomos creen que está formada por restos de un disco protoplanetario, el
material a partir del cual nacen los nuevos planetas y otros cuerpos en órbita
alrededor de las estrellas. Su presencia en la zona fue detectada por primera
vez en 2002, pero las primeras descripciones detalladas de su tamaño y su
órbita no se produjeron hasta este año. En la simulación, la nube aparece como
una esfera de gas simple, cerca del punto de su órbita en la que se descubrió
por primera vez. A medida que se acerca al agujero negro, será casi cinco veces
más larga que ancha. Para el agujero negro, el bocado será como probar algo
recién sacado del horno. El polvo en la nube se encuentra a unos 550 grados
Kelvin, una temperatura aproximadamente dos veces tan alta como la de la
superficie de la Tierra.
Pero su gas, la mayoría hidrógeno, se encuentra a
aproximadamente 10.000 grados Kelvin, dos veces tan caliente como
la superficie del Sol.
Visible desde la Tierra.
Nuestro agujero negro, el gigantesco Sagitario A,
3 ó 4 millones de veces más grande que el Sol, ha estado relativamente
tranquilo últimamente y no parece haberse alimentado mucho. Ahora le espera una
buena. A medida que la nube se acerque y comience a caer en él, empezará a
triturar energía, causando que la nube se caliente a temperaturas
increíblemente altas, visible para los telescopios
de radio y de rayos X en la
Tierra , así como para satélites en órbita como
el observatorio Chandra de la
NASA.
El punto en el que un objeto estelar no puede
escapar de ser tragado por un agujero negro se conoce como el radio de
Schwarzschild, una cantidad cuyo valor depende de la masa del
agujero negro, la velocidad de la luz y la constante gravitacional. La nube
pasará lo suficientemente lejos para que escape del punto de no retorno en
aproximadamente 2.200 radios de Schwarzschild, o cerca de 200 veces la
distancia de la Tierra
al Sol.
Aunque parezca lejos, las simulaciones muestran
que la nube no va a sobrevivir el encuentro.
«Hay demasiada fricción dinámica y mareas desde el agujero negro. Se romperá en
algún tipo de estructura incoherente», explica el físico computacional Peter
Anninos. Gran parte de la nube se unirá al resto del disco de acreción caliente
alrededor del agujero negro y otra parte simplemente caerá
y será capturada por Sagitario A. «La nube perderá
una gran parte de su energía, pero no toda. Se volverá tan difusa que es poco
probable que algún resto del gas continúe su camino orbital», señala Anninos.
La nube de gas ya está sentenciada.
La descripción completa de la simulación aparecerá
publicada en la revista The
Astrophysical Journal.
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