Si
algo tiene de especial la lluvia de las Oriónidas es que sus
meteoros se hacen visibles a simple vista desde cualquier parte del
planeta, ya que radian casi desde el mismo ecuador celeste (algo más
arriba a +16º), desde la bella y notable constelación de Orión,
que luce de forma especial en las noches invernales o poco tiempo
después de oscurecer durante la última parte del otoño.
Este
año 2014 estamos de enhorabuena, ya que la lluvia será
perfectamente visible, si desde donde usted observa está despejado,
pues coincide prácticamente, el máximo de la lluvia, que es la
noche del próximo martes 21 de octubre, con la Luna nueva, que tiene
lugar dos días más tarde, por lo que el espectáculo celeste está
asegurado durante toda la noche sin la interferencia de la luz de
nuestro satélite. No obstante, la lluvia dura desde el 2 de octubre
al 7 de noviembre, aunque lo importante es su observación el día 21
o días antes y después de esta fecha.
Es
curioso, pues los máximos de actividad de las lluvias de meteoros,
en casi todos los casos, suelen durar solo una noche u horas, pero el
máximo de actividad de las Oriónidas, puede que se repita durante 2
ó 3 noches consecutivas.
La
media es que podamos ver unos 25 meteoros por hora, lo que la
convierte en una lluvia moderada, pero en ocasiones es muy notable y
se puede comparar con las lluvias más famosas del año. Este hecho
suele ocurrir, porque en ocasiones, los cometas desprenden “bolsas”
densas de materia, que quedan flotando en el espacio, aunque lo
normal es que el material lo reparta el cometa de forma homogénea
por el espacio. Pero los cometas son imprevisibles y en ocasiones se
fragmentan en grandes bloques para desaparecer con el tiempo.
Cuando
la Tierra se encuentra con una de estas bolsas o nubes de escombros,
se produce una importante lluvia de meteoros o estrellas fugaces,
caso que ocurrió en 2006 con las Oriónidas, cuando la Tierra se
topó con una de estas nubes y se pudieron contabilizar hasta 50
meteoros a la hora.
El
cometa Halley
La
lluvia está asociada a las partículas que deja el famoso cometa
Halley, cuyo último paso por las cercanías de la Tierra tuvo lugar
en 1986, un cometa que vuelve a las proximidades de nuestro planeta
cada 76 años y que es observado desde antes de Cristo.
Del
cometa Halley se habían desprendido varias nubes de escombros, según
han calculado los astrónomos, en los años 1266 aC, 1189 aC y 911
aC. En 2006 nos cruzamos con una de ellas. Este cometa también
produce la lluvia de las Eta Acuáridas, con máximo de actividad el
6 de mayo.
Cómo
observar el evento
El
radiante o lugar de donde proceden los meteoros se localiza en la
famosa y brillante constelación de Orión, reconocible por tener en
el centro de la constelación tres estrellas alineadas y
prácticamente del mismo brillo, a las que denominamos las tres
Marías.
Estas
tres estrellas y gran parte de la constelación, ya serán visibles,
justo en el horizonte E a las 00 horas de la noche del 21 al 22 de
octubre. Si miramos directamente al radiante, observaremos meteoros
que nos vienen prácticamente de frente, por lo que apreciaremos
trayectorias de los mismos muy cortas, pero si miramos a 90 grados
del radiante en cualquier dirección, podremos contemplar meteoros
con recorridos muy largos. Es por ello que no conviene mirar
directamente al radiante. Tenga en cuenta que los meteoros entran en
la atmósfera a una velocidad de 237.600 km/h. es decir, podrían
llegar de la Tierra a la Luna en una hora y media. Los meteoros
podrán aparecer desde cualquier punto del cielo, pero todos llevarán
una dirección contraria al radiante.
Aunque
la lluvia se verá durante toda la noche del 21 al 22 de octubre, las
mejores observaciones y la máxima actividad llegarán bien entrada
la noche.
Bólidos
Las
Oriónidas también son famosas porque suelen producir los llamados
bólidos. Las estrellas fugaces que vemos son partículas del tamaño
de un grano de arena, pero los bólidos son partículas de varios
centímetros, que se iluminan tanto como el planeta Venus (el astro
más brillante tras el Sol y la Luna) y en rara ocasión llegan a
brillar como nuestro satélite natural. Estos bólidos suelen dejar
estelas persistentes en el cielo, es decir, restos del material
quemado en la atmósfera flotando durante varios segundos o minutos,
como si de una nube alargada se tratara.
Consejos
1-
Encuentre un lugar muy oscuro, lejos de las luces de las ciudades. No
espere ver esta lluvia en el interior de un gran centro urbano.
2-
No lleve telescopios. La lluvia se ve a simple vista. En caso de que
vea un bólido utilice unos prismáticos para ver la estela
persistente flotando en el cielo durante más tiempo.
3-
Póngase cómodo, mejor tumbado.
4-
El empleo de cámaras fotográficas es muy eficaz para captar
imágenes de las Oriónidas. Para ello emplee un trípode, un cable
disparador y un objetivo que de gran angular para captar la mayor
región de cielo posible, debe dejar el obturador de la cámara
permanentemente abierto y darle un tiempo de exposición durante unos
segundos o minutos y repita la operación continuamente. Si le da
mucho tiempo de exposición, las estrellas saldrán movidas en la
imagen, pero el trazo del meteoro aparecerá nítido.
Miguel
Gilarte Fernández es el Director del Observatorio Astronómico de
Almadén de la Plata (Sevilla) y Presidente de la Asociación
Astronómica de España.
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