14/9/15

LOS GRIEGOS PLANETARIOS

Los primeros filósofos griegos aprehendían el mundo tal y como lo veían, lo sentían, tal y como se presentaba ante ellos. Los Presocráticos sintetizan las primeras posturas del espíritu de cara a lo real y encarnan las tendencias arquetípicas de la conciencia, ellos inventaron los principales tipos del espíritu filosófico, a los que la posteridad entera no ha agregado nada esencial.

Se conoce un centenar de estos primeros pensadores griegos. Los más dotados "tipos puros" de los que hablaba Nietzsche, encarnan por turnos, las diferentes funciones planetarias: Tales (Urano), Anaximandro (Plutón), Pitágoras (Sol), Xenófanes (Luna), Heráclito (Marte), Parménides (Júpiter), Anaxágoras (Venus), Empédocles (Neptuno), Demócrito (Saturno) y Portágoras (Mercurio), antes de que se inmiscuya la exterioridad, y de que se refuercen los intereses de la Ciudad, y con ellos la moral y las ideologías. Los discursos tardíos oscurecen la visión; una dialéctica laboriosa se enraiza en los espíritus; la retórica prepara el mestizaje socrático y post-socrático.
Los "anti-filósofos" mercuriales (Protágoras, Gorgias y Sócrates) cierran el ciclo iniciado por Tales, el filósofo entre los siete sabios de Grecia, el uraniano que establece las constantes del acto filosófico, presente en todos sus sucesores: fundar, unificar, inaugurar, dar perspectiva.
Cada uno de estos filósofos encarna un tipo humano, una perspectiva de la conciencia, un modo de percepción de lo real, que se traduce por un arquetipo planetario específico.
 
Cada una de las filosofías presocráticas es la traducción inmediata de una función planetaria simple. Las concepciones presocráticas del mundo están marcadas por temperamentos, por disposiciones del espíritu, que forman los operadores planetarios. De Urano a Mercurio, en una serie temporal determinada, se suceden los primeros pintores de Grecia. Sus cuadros, finalmente, son autorretratos depurados. Y la serie se clausura con Mercurio, el anti-uraniano sofista, que precipita la extinción de dos siglos de candor y de nitidez filosófica. La representación se nubla, y con ella el espíritu. Hibridación que prepara el declive de la filosofía griega.
 
TALES de Mileto - Unificación (URANO)
El mundo es Uno: conjunto orgánico, unificado, vivo y animado de parte a parte. El mundo es la Naturaleza (physis), totalidad regenerada por el Agua, principio primordial (arche) cuyas prioridades (fluidez, plasticidad, fertilidad) justifican la generación y la diversidad de las manifestaciones vivientes, y fuente única de la que nace, se abreva y se nutre la multiplicidad de los seres. La liberación de los mitos y de las opiniones pasa por la conceptualización, por la determinación (con la ayuda de la copula "es") y por la argumentación. La unificación funda la empresa filosófica, y reabsorbe las dificultades dadas por la diversidad de las cosas.
ANAXIMANDRO de Mileto - Sobrediferenciación (PLUTÓN)
El principio (arche) de todas las cosas podría ser concreto: el apeiron (infinito e indefinido) es imperceptible, más allá de toda calificación y de toda representación sensibles. El ser eterno y original, imperecedero, engendra la multiplicidad de las formas naturales efímeras, de las que ninguna tiene identidad estable. Es también el ser final al que vuelve toda formación individualizada. Por la muerte se pagan los excesos de la diferenciación: "Es de la que la generación procede para las cosas que son, y también es hacia la que vuelven bajo el efecto de la corrupción, según la necesidad; ya que las cosas se rinden mutuamente justicia y reparan sus injusticias según el orden del tiempo".
PITÁGORAS de Samos - Identificación (SOL)
La explicación física de los milesios es sustituida por la analogía, de naturaleza mimética: el Número es el modelo al que toda cosa se ajusta y supone la existencia de una suite indefinida de arquetipos imitados por los eres sensibles y reproducidos a través de los diversos órdenes de lo real. El mundo está armoniosamente ordenado como cosmos, enteramente esférico; admite un Fuego central invisible alrededor del cual gravita el conjunto de los cuerpos celestes. Lo más visible recela lo inefable. Una justicia cósmica dirige el ciclo de los nacimientos y las muertes en curso del cual cada uno conserva su ser propio, según la ley de la transmigración de las almas.
XENÓFANES de Colofón - Indiferenciación y Potencialización (LUNA)
Contra el politeísmo y el antropomorfismo homéricos, se afirma la existencia de un solo Dios, vasto cuerpo orgánico, entero, global, inmóvil e inmutable, inactivo-activo, que sin esfuerzo mueve todas las cosas por la fuerza de su ser. Así, el mundo es un todo, y sus múltiples manifestaciones están virtualmente contenidas en este inmenso cuerpo indiferenciado e incognoscible que cada ser percibe, subjetivamente, según su perspectiva propia, y muy a menudo según su imagen, como él percibe cada cosa sensible, relativamente a las demás cosas y en función de esta misma perspectiva.
HERÁCLITO de Efesio - Confrontación e Integración (MARTE)
Todo está sometido a la ley divina universal, el Logos inmanente y trascendente, a la vez justicia positiva y armonía, invisible, que rige cada destino individual según la necesidad. La ley natural se cumple por la transformación de todos los seres, cada uno en lucha con su contrario. "El opuesto es útil, y de las cosas diferentes nace la más bella armonía. Y todas las cosas están engendradas por la discordia." Así, cada fuerza se mantiene, por la acción de fuerzas antagonistas, en el conflicto que las une; cada ser está polarizado por las fuerzas que lo determinan a llegar a ser, perpetuamente, él mismo.
PARMÉNIDES de Elea - Simplificación (JÚPITER)
El Ser, única realidad, al cual ningún estado podría ser identificado, se distingue radicalmente del mundo de la apariencia, del devenir y de la multiplicidad. El Ser es, pero el No-ser no es. La diversidad de las manifestaciones visibles no es más que ilusión. El Ser debe ser pensado en sí mismo, en el encuentro de toda forma de opinión (doxa). "Lo que puede ser dicho y pensado debe ser". En esta resolución de la alteridad entre el Ser y el Pensamiento, y al otro lado de la apariencia engañosa del eterno movimiento del mundo, se perfila la certitud absoluta de que lo que subsiste se expresa, y que la esencia del mundo se reabsorbe en su intelección.
ANAXÁGORAS de Clazomenes - Disociación (VENUS)
Un único principio es inconceblible: un doble infinito, la Materia y el Espíritu, regula la existencia y las transformaciones de lo que se manifiesta. Cada cosa material es una mezcla en la que existen semillas o gérmenes de cada otra cosa. Nada nace ni muere verdaderamente, ya que existe una operación perpetua de disociación de los compuestos y de recomposición de los disociados. Es el Noûs (Intelecto, Espítitu), presente en todo ser compuesto, que es el principio del movimiento, la causa motriz y organizadora, a la vez potencia discriminante inicial y principio cognitivo "final", agente instigador y testimonio de la discriminación.
EMPÉDOCLES de Agrigentes - Asociación (NEPTUNO)
Las dos fuerzas eternas y complementarias, philia (el amor) y neïkos (el odio), inherentes en las cosas, principios respectivos de inclinación y de aversión, se armonizan para regir el eterno devenir de todo ser a través de la presencia de los cuatro elementos (Tierra, Fuego, Aire, Agua) y según un ciclo inmutable de cuatro fases, durante el cual dos a dos unen y dividen vuelta a vuelta, asocian y disocian indefinidamente. El tiempo rige los seres en un perpetuo comienzo cíclico. Cuando el Amor rige él solo el estado del mundo, entonces aparece el Sphaïros, ser viviente inmenso, orgánico y armonioso de parte a parte, mezcla perfecta de los elementos.
DEMÓCRITO de Abdere - Complejificación (SATURNO)
Todos los cuerpos se componen de átomos (a-tomos), partículas indivisibles, dotadas de un movimiento natural originario que se cumple en el vacío. Éstos difieren por sus propiedades constitutivas (forma, colocación, posición, talla). La explicación por los átomos de la generación, del movimiento y de la pluralidad, elimina también las cualidades sensibles de los cuerpos que se convierten en las apariencias, los efectos de la superficie, de un real más complejo. El universo es eterno, constituido por mundos innumerables y perecederos, enteramente material, privado de instinto y de armonía, y regido por causas exclusivamente mecánicas.
PROTÁGORAS de Abdere - Dispersión (MERCURIO)
El sofista no es ya metafísico, sino profesor, educador, intelectual de la Ciudad, divulgador de un saber. No reflexiona sobre ya sobre el mundo, sino sobre el ejercicio de la filosofía. Sustituye la aprehensión inmediata y segura de lo real, su interrogación sobre la verdad y sobre la ilusión del discurso. Todo es parcialmente verdadero. El hombre es la medida de todas las cosas". El conocimiento depende del sujeto conocedor. Toda verdad es relativa, sometida a la verosimilitud de su enunciado, dependiente del tejido cultural en el cual se enraiza. La verdad no atañe ya a la visión, sino a un trabajo sobre el lenguaje por la argumentación y por la dialéctica.
 
Los Presocráticos, que eran también en su mayoría físicos y astrónomos, fueron los primeros intérpretes de los astros. Ellos fueron estos astros encarnados.
En menos de dos siglos de historia filosófica, las diversas funciones del Planetario se convirtieron sucesivamente en perspectivas de la conciencia, en puntos de vista sobre la naturaleza de lo real. No hay progreso de Tales a Protágoras, sino la sucesión de las fases de un ciclo matricial que se reproducirá en los primeros siglos de la era cristiana (con los primeros teólogos del cristianismo), después en los siglos VIII-XII en la filosofía árabe, y también en los siglos XI-XIV con la escolástica medieval. La historia de la filosofía, como la de la pintura o la de la literatura, esta pilotada por la década planetaria.

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