13/5/17

LO ABSOLUTO (VII)


Antes de pasar adelante, devolvamos a la idea de cantidad la significación superior y ontológica que le han atribuido los más grandes pensadores de la tierra. La cantidad puede ser extensa como los cuerpos, e intensa como los espíritus. La extensa es medible, la intensa es valuable. De estos dos diferentes estados de la cantidad, el intensivo y el extenso, nacen dos diferentes órdenes de ideas, uno de ideas de grandeza moral, y otro de ideas de grandor físico: las ideas de perfección, para ser valuadas, tienen su álgebra especial, que es la lógica; las ideas de magnitud, para ser medidas, tienen su lógica particular, que es el álgebra.

Las cosas tienen más o menos grandor físico, según se aproximan más o menos a lo absoluto de la extensión inteligible; y poseen mayor o menor grandeza moral según se acercan más o menos al tipo de la perfección absoluta”. Ruego a mis lectores que se fijen en este párrafo, porque resume todo este libro; y siendo el epílogo de toda la filosofía de lo pasado, tengo la presunción de creer que será el prólogo de la filosofía del porvenir.

Pero, aún a riesgo de repetirnos, volvamos a la noción de sustancia, a esa cosa que es lo que es, que no tiene edad, que es un rostro que no muda, Aunque nos ocuparemos de la noción de la idea sustancial.
Y repito con afectación idea sustancial, y no sustancia, porque así como todos los sistemas filosóficos de la antigüedad responden a esta pregunta: ¿Cuál es el principio de las cosas?; y los sistemas modernos inquieren: ¿Cuál es el principio de nuestros conocimientos?; nosotros, pareciéndonos que lo primero tiene algo de panteístico, y lo segundo de psicológico, preguntamos, formulando concretamente el principio y fin de nuestro sistema: ¿Cuál es el principio del conocimiento de todas las cosas posibles?. De este modo, delineando el mundo ideal, no sólo explicaremos la razón de este mundo, sino la de todos los mundos que podrán venir.

«Todo fenómeno que varía es referido a la identidad de un ser que le sirve de base, de fondo, de sustento».
«Todo atributo, o modo de ser, se refiere a una sustancia, un fondo que no puede dejar de ser».
¿Qué es sustancia? Sustancia es lo que, en toda diversidad, permanece idéntico; por ejemplo, la unidad en la muchedumbre.
La sustancia, variando de estados, no varia de naturaleza: muda de modos de ser; pero no muda de ser.
Cuando, suprimiendo una cualidad de la cosa, la cosa desaparece, esa cualidad que se suprime es sustancial.
La sustancia tiene una infinidad de modos de ser; pero no tiene ninguno de dejar de ser. La sustancia es lo que no tiene antecedente.

¿Cuál es el elemento de que se forman las cosas? La sustancia. Y ¿cuál es la sustancia de las cosas? La cantidad. Y ¿qué se entiende por cantidad? La cantidad es todo lo que es susceptible de aumento o disminución, sin cambiar de naturaleza, ni perder ninguna de sus propiedades generales.
Y puesto que ya sabemos que la cantidad es la esencia de las cosas, sigamos diciendo cuál es la esencia de la cantidad.
La cantidad es todo aquello de lo cual, por adición o por sustracción, se puede deducir siempre una serie infinita de números o grados. Por ejemplo: supongamos el tamaño, o cantidad extensa, de este libro; deduzcamos de él la mitad; después partamos por medio esta mitad de la mitad; luego sigamos dividiendo la mitad, de la mitad, de la mitad de este libro, y así sucesivamente, y haremos una serie interminable de sustracciones, siendo la serie inagotable, porque es infinita. Pues bien, eso que primero materialmente, e inteligiblemente despues, nos sirve de base para el cálculo, es la sustancia, es la cantidad extensa de este libro. Esto en cuanto a la cantidad física.

Reproduzcamos la misma operación en cuanto a la cantidad moral.
Supongamos que este libro tiene la bondad de un grado. Figurémonos otro libro de la mitad de la bondad de ese grado, adicionémosle otro libro de la mitad de la mitad de este segundo grado; y luego otro de la mitad de la mitad de este tercero; y por más adiciones que hagamos de mitades de mitades, haremos una serie infinita de mitades de mitades, y de fracciones de bondades; pero jamás la reunión de todos esos libros, que son todos buenos en un cierto grado, acabarán por llegar adicionados a tener un grado de bondad como el de este libro. Pues bien, esa cantidad intensiva, esa bondad que hemos ido evaluando, es la sustancia, es la cantidad intensa de este libro.
De lo cual resulta que la cantidad es lo esencial medible o valuable de cada cosa.

Dios hizo el mundo con cantidad, es decir con número, peso y medida; y la mejor definición que se puede dar de la cantidad, es repetir la del texto sagrado, diciendo: «que es la propiedad de toda cosa en cuanto está sujeta a número, peso y medida».

Ya hemos dicho que las cosas se componen de una sustancia; que la sustancia es la cantidad; que la cantidad es el continente de todas las existencias, y ahora sólo nos falta añadir, que la existencia es un conjunto de cualidades contenidas en alguna cantidad, o que toda existencia se compone de una sustancia y de algún accidente, de un ser y de un modo de ser, de una cantidad continente y de una o mas cualidades contenidas.
De esta manera todo el saber se encierra en la metafísica, ciencia de la idea sustancial, de lo supremo intensivo, tipo de lo inmensamente sabio, y de lo inmensamente bueno; y despues se divide en matemáticas, ciencia que se reduce a combinaciones sobre la idea de cantidad extensiva, cuyo tipo es lo inmensamente sabio, y en moral, ciencia de las combinaciones de la cantidad intensiva, y cuyo tipo es lo inmensamente bueno.
Así es como con la cantidad Dios hace el mundo, y como por la cantidad el hombre lo mide; así es como Dios lo crea, y así es como el hombre lo comprende.

Continuará...

Extracto del libro LO ABSOLUTO de Ramón de Campoamor de la Real Academia Española (año 1.865)

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