Antes
de pasar adelante, devolvamos a la idea de cantidad la significación
superior y ontológica que le han atribuido los más grandes
pensadores de la tierra. La cantidad puede ser extensa como los
cuerpos, e intensa como los espíritus. La extensa es medible, la
intensa es valuable. De estos dos diferentes estados de la cantidad,
el intensivo y el extenso, nacen dos diferentes órdenes de ideas,
uno de ideas de grandeza moral, y otro de ideas de grandor físico:
las ideas de perfección, para ser valuadas, tienen su álgebra
especial, que es la lógica; las ideas de magnitud, para ser medidas,
tienen su lógica particular, que es el álgebra.
“Las
cosas tienen más o menos grandor físico, según se aproximan más o
menos a lo absoluto de la extensión inteligible; y poseen mayor o
menor grandeza moral según se acercan más o menos al tipo de la
perfección absoluta”. Ruego a mis lectores que se fijen en este
párrafo, porque resume todo este libro; y siendo el epílogo de toda
la filosofía de lo pasado, tengo la presunción de creer que será
el prólogo de la filosofía del porvenir.
Pero,
aún a riesgo de repetirnos, volvamos a la noción de sustancia, a
esa cosa que es lo que es, que no tiene edad, que es un rostro que no
muda, Aunque nos ocuparemos de la noción de la idea sustancial.
Y
repito con afectación idea sustancial, y no sustancia, porque así
como todos los sistemas filosóficos de la antigüedad responden a
esta pregunta: ¿Cuál es el principio de las cosas?; y los sistemas
modernos inquieren: ¿Cuál es el principio de nuestros
conocimientos?; nosotros, pareciéndonos que lo primero tiene algo de
panteístico, y lo segundo de psicológico, preguntamos, formulando
concretamente el principio y fin de nuestro sistema: ¿Cuál es el
principio del conocimiento de todas las cosas posibles?. De este
modo, delineando el mundo ideal, no sólo explicaremos la razón de
este mundo, sino la de todos los mundos que podrán venir.
«Todo
fenómeno que varía es referido a la identidad de un ser que le
sirve de base, de fondo, de sustento».
«Todo
atributo, o modo de ser, se refiere a una sustancia, un fondo que no
puede dejar de ser».
¿Qué
es sustancia? Sustancia es lo que, en toda diversidad, permanece
idéntico; por ejemplo, la unidad en la muchedumbre.
La
sustancia, variando de estados, no varia de naturaleza: muda de modos
de ser; pero no muda de ser.
Cuando,
suprimiendo una cualidad de la cosa, la cosa desaparece, esa cualidad
que se suprime es sustancial.
La
sustancia tiene una infinidad de modos de ser; pero no tiene ninguno
de dejar de ser. La sustancia es lo que no tiene antecedente.
¿Cuál
es el elemento de que se forman las cosas? La sustancia. Y ¿cuál es
la sustancia de las cosas? La cantidad. Y ¿qué se entiende por
cantidad? La cantidad es todo lo que es susceptible de aumento o
disminución, sin cambiar de naturaleza, ni perder ninguna de sus
propiedades generales.
Y
puesto que ya sabemos que la cantidad es la esencia de las cosas,
sigamos diciendo cuál es la esencia de la cantidad.
La
cantidad es todo aquello de lo cual, por adición o por sustracción,
se puede deducir siempre una serie infinita de números o grados. Por
ejemplo: supongamos el tamaño, o cantidad extensa, de este libro;
deduzcamos de él la mitad; después partamos por medio esta mitad de
la mitad; luego sigamos dividiendo la mitad, de la mitad, de la mitad
de este libro, y así sucesivamente, y haremos una serie interminable
de sustracciones, siendo la serie inagotable, porque es infinita.
Pues bien, eso que primero materialmente, e inteligiblemente despues,
nos sirve de base para el cálculo, es la sustancia, es la cantidad
extensa de este libro. Esto en cuanto a la cantidad física.
Reproduzcamos
la misma operación en cuanto a la cantidad moral.
Supongamos
que este libro tiene la bondad de un grado. Figurémonos otro libro
de la mitad de la bondad de ese grado, adicionémosle otro libro de
la mitad de la mitad de este segundo grado; y luego otro de la mitad
de la mitad de este tercero; y por más adiciones que hagamos de
mitades de mitades, haremos una serie infinita de mitades de mitades,
y de fracciones de bondades; pero jamás la reunión de todos esos
libros, que son todos buenos en un cierto grado, acabarán por llegar
adicionados a tener un grado de bondad como el de este libro. Pues
bien, esa cantidad intensiva, esa bondad que hemos ido evaluando, es
la sustancia, es la cantidad intensa de este libro.
De
lo cual resulta que la cantidad es lo esencial medible o valuable de
cada cosa.
Dios
hizo el mundo con cantidad, es decir con número, peso y medida; y la
mejor definición que se puede dar de la cantidad, es repetir la del
texto sagrado, diciendo: «que es la propiedad de toda cosa en cuanto
está sujeta a número, peso y medida».
Ya
hemos dicho que las cosas se componen de una sustancia; que la
sustancia es la cantidad; que la cantidad es el continente de todas
las existencias, y ahora sólo nos falta añadir, que la existencia
es un conjunto de cualidades contenidas en alguna cantidad, o que
toda existencia se compone de una sustancia y de algún accidente, de
un ser y de un modo de ser, de una cantidad continente y de una o mas
cualidades contenidas.
De
esta manera todo el saber se encierra en la metafísica, ciencia de
la idea sustancial, de lo supremo intensivo, tipo de lo inmensamente
sabio, y de lo inmensamente bueno; y despues se divide en
matemáticas, ciencia que se reduce a combinaciones sobre la idea de
cantidad extensiva, cuyo tipo es lo inmensamente sabio, y en moral,
ciencia de las combinaciones de la cantidad intensiva, y cuyo tipo es
lo inmensamente bueno.
Así
es como con la cantidad Dios hace el mundo, y como por la cantidad el
hombre lo mide; así es como Dios lo crea, y así es como el hombre
lo comprende.
Continuará...
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