Las modernas lenguas indoeuropeas, a la que
pertenecen la mayoría de las lenguas de Europa y Asia meridional, descienden de
una única lengua, llamada protoindoeuropea, que era hablada por un pueblo
que vivió entre los años 4.500 y 2.500 antes de Cristo, y no dejó textos
escritos.
Como es lógico, los científicos se han preguntado
cómo sonaría esa lengua original. En 1868, el lingüista alemán August
Schleicher utilizó un vocabulario protoindoeuropeo reconstruido con un
método comparativo a partir de similitudes entre el sánscrito, el griego clásico,
el latín, el germánico, etc., para crear una fábula, con el objetivo de
escuchar una aproximación de ese lenguaje.
Conocida como la fábula de Schleicher o «La oveja y los caballos», la
parábola narra la historia de una oveja esquilada que se encuentra en el campo
con un grupo de caballos algo respondones. La oveja les dice que le duele el
corazón al ver a los equinos cargados y con un jinete encima, y los caballos le
contestan que también les duele a ellos cuando ven al amo vestido con la lana
de la oveja mientras ella está desnuda.
Los lingüistas han seguido trabajando para
descubrir más acerca de esa lengua extinta y actualizan periódicamente el
experimento sonoro. El último en hacerlo es el lingüista Andrew Byrd, de la Universidad de
Kentucky, que recita en la revista Archaeology su
versión de la fábula adaptando su pronunciación a los últimos hallazgos sobre
la lengua (puedes escuchar su versión bajo estas líneas). Byrd también ha
actualizado otra parábola corta en protoindoeuropeo reconstruido en 1990. Se inspira
en un pasaje del Rig Veda, una antigua colección de himnos en sánscrito, en la
que un rey suplica al dios Varuna que le conceda un hijo.
Así hablábamos hace 4.000
años. Recrean en una grabación como sonaba el lenguaje extinto y nunca escrito
que dió origen a las lenguas indoeuropeas
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