La
idea de sustancia es la clave del universo concebido, y el universo
material solo es la misma idea hecha sensible. Ya dijo Raimundo
Lulio: «si las leyes del entendimiento son las mismas que las del
universo, conocidas aquellas, nada nos resta para conocer también
estas otras».
Todo
esto es cierto; solo que aquí hay un germen de psicologismo que es
menester extinguir hasta en su raíz. En vez de decir las leyes del
entendimiento son las mismas que las del universo, debemos decir que
las leyes del universo son las mismas que las que el entendimiento
conoce. «Conócete a tí mismo» por el conocimiento de Dios, porque
mi conocimiento no me puede dar el conocimiento de Dios, mientras que
el conocimiento de Dios es el que me puede dar el conocimiento de mí
mismo.
Sabiendo
ya que las nociones de ser, de ente, de esencia y de causa son
iguales a la de sustancia, y además que la sustancia es solamente
una idea sustancial, estudiemos ahora cual es la sustancialidad de
esa idea.
Según
Platón, “hay en la inteligencia una cosa universal, invariable,
independiente del tiempo y del espacio, y de toda circunstancia, a
saber, las ideas”.
Y
yo añado: en las ideas hay una idea ejemplar que las resume todas,
idea matriz que contiene el germen de todas las ideas, preconcepción
universal con la cual el ser concibe y crea todas las existencias,
idea magna rerum mater, preconcepción de todas las concepciones,
suma de toda ciencia: lo absoluto, o lo que es lo mismo, la
Sustancia.
¿Cuál
es la razón de todo? La razón de todo son las ideas, son lo que
está por encima de todo.
El
mundo ideal existe por necesidad, es ontológico; conocido por
nosotros es psicológico, y practicado por nosotros el mundo ideal se
convierte en un mundo real.
El
universo se compone de lo medible, de lo que mide, y de la medida de
todo. Lo medible son las cosas, lo que mide la razón, y Dios la
medida de todo. Lo creado y lo creable no es ni puede ser más que un
reflejo de lo absoluto.
Y
¿qué es lo absoluto? Lo absoluto es todas las ideas contenidas en
una sola idea; es el conjunto de todas las ideas sometidas a la
unidad.
Puesto
que el mundo abstracto es el más verdadero porque es el eterno mundo
real, busquemos la idea matriz que sintetice el conjunto de las
ideas.
¿Buscaremos
esta idea madre entre lo medible, entre las cosas? No; todo ser
contingente solo tiene su razón suficiente en el ser necesario. Es
menester convencer a los hombres de que el carpintero que sierra una
tabla lo hace obedeciendo, sin saberlo, a algún principio abstracto,
a alguna ley matemática, cuyo tipo es lo absoluto, cuyo ejemplar es
Dios.
¿Buscaremos,
como Descartes y su escuela, la idea madre en un hecho de conciencia?
Tampoco; la ciencia en nuestro espíritu está, pero no es, nuestra
conciencia se va; pero el saber se queda.
Continuará...
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