El
proceso por el cual una especie evoluciona a dos o más especies con
diferentes características se denomina evolución divergente.
Sucede
cuando una población se aísla del resto de la especie y debido a
presiones selectivas particulares, comienza a seguir un curso
evolutivo diferente. Por ejemplo, el oso pardo se difundió por todo
el hemisferio norte, esto ocurrió hace aproximadamente 1,5 millones
de años. Durante una de las glaciaciones masivas del Pleistoceno,
una población de osos pardos se separó del grupo principal y bajo
la inmensa presión selectiva de un ambiente hostil, evolucionó
originando al oso polar.
Los osos pardos, aunque son miembros del orden de los carnívoros y están muy relacionados con los perros, son principalmente vegetarianos y complementan su dieta, solo ocasionalmente, con peces y animales de presa. Asimismo, el oso polar es casi completamente carnívoro y se alimenta básicamente de focas. Además, el oso polar difiere físicamente de los otros osos en varios aspectos, tales como su color blanco, sus dientes de tipo carnívoro, su cabeza y hombros hidrodinámicos y las cerdas rígidas que cubren las plantas de sus pies, que aseguran aislamiento y tracción sobre el hielo resbaloso.
Por esta razón, la evolución divergente no solo puede llevar a la diferenciación de ecotipos adaptados localmente, sino que puede conducir a que una especie evolucione a dos o más especies con diferentes características.
Los osos pardos, aunque son miembros del orden de los carnívoros y están muy relacionados con los perros, son principalmente vegetarianos y complementan su dieta, solo ocasionalmente, con peces y animales de presa. Asimismo, el oso polar es casi completamente carnívoro y se alimenta básicamente de focas. Además, el oso polar difiere físicamente de los otros osos en varios aspectos, tales como su color blanco, sus dientes de tipo carnívoro, su cabeza y hombros hidrodinámicos y las cerdas rígidas que cubren las plantas de sus pies, que aseguran aislamiento y tracción sobre el hielo resbaloso.
Por esta razón, la evolución divergente no solo puede llevar a la diferenciación de ecotipos adaptados localmente, sino que puede conducir a que una especie evolucione a dos o más especies con diferentes características.
Si
por “evolución” nos referimos meramente a las variaciones
observables entre animales que se sabe que pertenecen a la misma
especie (variedades de perros, por ejemplo) y que bajo ciertas
condiciones siguen capaces de cruzarse y producir descendencia
fértil, entonces estamos hablando de un hecho. Pero esta clase de
evolución no arroja luz sobre el origen de las especies en el
sentido más amplio.
Hasta
este punto, en tanto que la convergencia es un hecho establecido, la
divergencia es meramente una teoría atractiva.
Probablemente
no hay ninguna teoría que haya sido promocionada con tanto fervor,
defendida tan dogmáticamente y recibida con un reconocimiento tan
universal sobre unas bases tan endebles como la teoría de la
evolución.
Es
de sospechar que las debilidades inherentes en la actual teoría, que
ya se están admitiendo en muchos lugares, explican la creciente
hostilidad por parte de sus principales proponentes contra cualquier
intento serio que se realice para reexaminar sus presuposiciones
básicas.
Continuará...
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