Parece un anillo de diamantes en el espacio, una
joya cósmica, pero en realidad se trata de la nebulosa Abell 33, que forma una
ilusión óptica junto a una estrella en el espacio.
Esta espectacular imagen, que recuerda a una
sortija con un diamante engarzado, se captó con la ayuda de uno de los
telescopios más grandes del mundo situado en Chile, el Telescopio VLT (Very
Large Telescope) del Observatorio Europeo Austral.
De hecho, la capacidad que tiene este telescopio
para obtener imágenes de objetos celestes lejanos ha ayudado a capturar esta reliquia
estelar situada a unos 2.500 años luz de la Tierra.
Desde el desierto chileno de Atacama, uno de los
mejores lugares de la Tierra
para explorar el Cosmos, se ha observado este fenómeno óptico que ha surgido por
pura coincidencia. En realidad, la estrella HD 83535 está a medio camino
entre la Tierra
y la nebulosa planetaria Abell 33.
Lo que más ha sorprendido a los astrónomos ha sido
no sólo que coincidan ambos fenómenos estelares en la línea de la mirada sino que
la nebulosa planetaria, también llamada PN A66 33, tiene una forma
inusualmente simétrica.
«Lo sorprendente de Abell 33 es la maravillosa
simetría circular de la gran burbuja de gas en expansión», cuenta Rafael
Bachiller, Director del Observatorio Astrónomico Nacional.
La mayoría de las nebulosas planetarias están
deformadas por el efecto de vientos irregulares, por el movimiento propio
estelar, o por 'inhomegeneidades' en el medio en el que explotaron.
«La alta simetría de Abell 33 indica que la
nebulosa se produjo en un episodio único y relativamente rápido. Sin embargo,
examinando con atención la parte central de la nebulosa se observan algunas
irregularidades que indican que, aunque el contorno es perfectamente circular,
la nebulosa no es perfectamente esférica, sino que puede tener la forma
aproximada de un barril visto a lo largo de su eje mayor», añade Bachiller.
La nebulosa planetaria surge a partir de la
explosión de una estrella, y el residuo estelar que queda es una «enana
blanca», una estrella moribunda de poca energía situada en la región central de
la nebulosa. En esta imagen, «la estrella está realmente un poco desplazada del
centro, posiblemente debido a su movimiento tras la explosión que dio lugar a
la nebulosa».
La nebulosa PN A66 33 es tan solo uno de los 86
objetos incluidos en el «Catálogo de Nebulosas Planetarias»creado por
George Abell en 1966. Abell también rastreó el cielo en busca de cúmulos de
galaxias, recopilando el catálogo, con unos 4.000 cúmulos, tanto en el hemisferio
norte como en el hemisferio sur del cielo.
http://www.elmundo.es/ciencia/2014/04/09/53450ebb22601d42688b4571.html
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