28/1/17

LOS ESCARABAJOS EGIPCIOS

                                                Escarabajo Corazón

El escarabajo tenía una gran importancia en el culto funerario egipcio. Generalmente era tallado en piedra verde y colocado en el pecho de los difuntos, para proteger el corazón y sustituirle durante la momificación. El propósito del “escarabajo del corazón” era asegurarse de que el corazón no testimoniaría contra el difunto en el juicio de los muertos. Otra posibilidad es la sugeridas por las palabras de transformación de los Textos de los Sarcófagos, que afirman que el alma de los difuntos puede transformarse (xpr) en un humano, un dios, o un pájaro y reaparecer en el mundo de los vivos.
Quizás el ejemplo más famoso de “escarabajos del corazón” es el de color verde amarillento encontrado entre las provisiones de la tumba de Tutankamón, tallado en un gran trozo de mineral cristalino del desierto libio.

La forma de escarabajo (Scarabaeus sacer egipcio) representaba al Sol naciente, y era símbolo de la resurrección en la mitología egipcia. Varias especies de escarabajos peloteros, principalmente el Scarabaeus sacer, gozaron de un estatus sagrado entre los egipcios. En vida proporcionaba protección contra el mal, visible o invisible, dando diariamente fuerza y poder. En la muerte, quien lo portaba adquiría la posibilidad de resucitar y alcanzar la vida eterna.

El escarabajo estaba vinculado con el dios Khepri (xpr), forma de Ra como Sol naciente, era el símbolo de la constante transformación de la existencia. Su nombre jeroglífico se translitera como o xpr, y se traduce como “convertir” o “transformar”. El término derivado xprw se traduce como “forma”, “transformación”, “suceso”, “modo de ser” o “el autocreado”, dependiendo del contexto puede tener significado existencial, ficticio u ontológico.

Antiguamente se creía que el escarabajo era solamente de género masculino y que se reproducía depositando el semen en una bola de estiércol. La supuesta auto-reproducción del escarabajo lo asemeja a Khepri, que se creó así mismo de la nada. Por otra parte, la bola de estiércol rodada por el escarabajo pelotero se asemeja al Sol.

Plutarco escribió: Los egipcios creyeron que Khepri renovaba el Sol cada día tras su desaparición en el horizonte, llevándole a través del mundo subterráneo, Duat, después del ocaso para renovarle otra vez al día siguiente.
Algunas tumbas reales del Imperio Nuevo exhiben una imagen triple del dios del Sol, con el escarabajo como símbolo del Sol de la mañana. El techo astronómico en la tumba de Ramsés VI relata la “muerte” cada noche y el “renacimiento” del Sol como siendo tragado por Nut, diosa del cielo, y reapareciendo de su matriz como Khepri. La imagen del escarabajo asociado a ideas de transformación, renovación y resurrección, es ubicua en el arte religioso y funerario egipcio antiguo.

También eran utilizados como sellos de representación del rey, su familia, y algunos dignatarios, durante el segundo periodo intermedio de Egipto (Hicsos). Son una de las principales fuentes de información de la dinastía XIV y la XV. Se han encontrado, además de en Egipto, en Canaán y Kush.

Muchos animales utilizan los cuerpos celestes para navegar la Tierra, pero seguramente uno de los fenómenos de astronavegación más sorprendente fue descubierto hace un par de años. Investigadores de la Universidad de Witwatersrand en Sudáfrica descubrieron que los escarabajos peloteros utilizan la Vía Láctea para orientarse.
El descubrimiento fue fruto del interrogante de cómo estos insectos podían rodar rectamente una pelota en noches sin luna. Esto hizo que los investigadores consideraran la posibilidad de que utilizaban la luz de las estrellas.

Estos insectos se guían por la luz de la galaxia para poder moverse en línea recta, es vital en el acto de enterrar el excremento que luego será alimento para sus crías y escapar de otros escarabajos que quieren robar su pelota.
Para el experimento en cuestión se llevó a los escarabajos al Planetario de Johanesburgo y se hicieron pruebas en la que se descubrió que los escarabajos sólo podían orientarse de manera efectiva cuando estaba presente la Vía Láctea. Cuando se bloqueó el acceso a la luz, los escarabajos rodaban sus pelotas sin rumbo.

La investigación evoca en cierta forma al dios Khepri, deidad solar representada como un escarabajo. Los egipcios hicieron la conexión simbólica entre el acto de rodar bolas de excremento y el movimiento del Sol en el firmamento, y también de la regeneración y el renacimiento en el hecho de que los jóvenes escarabajos emergen de los huevos dentro del excremento ya formado.
Sería interesante investigar si esta deidad tenía alguna relación también con la Vía Láctea, la cual para los egipcios estaba conectada con el río Nilo en la analogía del macro y el microcosmos.


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