25/7/14

METEOROSENSIBILIDAD

Numerosas investigaciones médicas han conseguido relacionar el tiempo meteorológico y la capacidad que tiene de influir sobre el sistema nervioso de las personas. La explicación está en la electricidad atmosférica, es decir, en la carga de iones positivos o negativos que contiene.  El cuerpo humano es como una máquina sensible a los iones positivos y negativos del aire, de modo que en un ambiente  donde predominan iones negativos (compuesto en parte por oxígeno) tienen un efecto tónico y beneficioso sobre el organismo, en cambio los ambientes con predominio de iones positivos (composición parcial de CO2) tienen la capacidad de alterar el sistema nervioso.

¿Es usted “meteorosensible”?

¿Le hace daño aquel brazo que se rompió de pequeño?...¿tiene molestias en la cicatriz de la operación que le hicieron hace años?... ¿tiene migraña y dolor de cabeza en días de fuerte viento, o dolores articulares en cambios bruscos de presión atmosférica?.
Si responde sí a alguna de estas preguntas, o tiene otras molestias que se presentan antes de un cambio de tiempo, o cuando este ya ha llegado, se puede considerar una persona meteorosensible. Más de la mitad de población mundial es meteorosensible; es decir, que su organismo se resiente antes o durante los cambios de tiempo. De hecho, las condiciones atmosféricas que más nos trastornan son aquellas que se alejan de los umbrales climáticos a los que estamos acostumbrados.

Los científicos han establecido de qué manera nos afectan los cambios en el tiempo, y el resultado es sorprendente. Por ejemplo, los cambios bruscos de temperatura y presión se asocian a migrañas, variaciones en la glucemia, crisis epilépticas o insuficiencias respiratorias. El 80% de las enfermedades cardiovasculares se dan cuando hay fuertes variaciones de la presión atmosférica. Los infartos son más frecuentes al final del otoño, cuando la presión atmosférica es baja, y la humedad, inferior al 60%. En cambio, son menos frecuentes en tiempo cálido, seco y estable. La lluvia y la humedad generan mayor ansiedad y provocan dolores reumáticos y asma, y los vientos secos pueden estar relacionados con el dolor de cabeza y también con el aumento de los accidentes de tráfico, puesto que pueden alterar nuestra conducta (el foëhn suizo puede ser eximente en un juicio por asesinato).
Además, los periodos largos con abundante nubosidad y falta de luz solar pueden originar depresión.


Fuente:http://elpais.com/elpais/2014/07/17/actualidad/1405623501_441172.html

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